El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha formalizado un acuerdo comercial con Japón a través de una orden ejecutiva. Este pacto, alcanzado inicialmente en julio, establece un arancel del 15% sobre la mayoría de productos importados del país asiático, incluidos automóviles y sus piezas. Esta directiva tiene carácter retroactivo, afectando a todos los envíos efectuados desde el 7 de agosto, cuando entraron en vigor las nuevas tarifas de Washington sobre varios socios comerciales.
Además de la imposición de aranceles, el acuerdo contempla que Estados Unidos levantará determinados impuestos sobre aeronaves, piezas de aeronaves, medicamentos genéricos y precursores químicos. Por otro lado, Tokio se compromete a invertir 550.000 millones de dólares (aproximadamente 469.000 millones de euros) en territorio estadounidense.
La firma de la orden presidencial coincide con la visita a Washington de Ryosei Akazawa, principal negociador comercial japonés, para finalizar los términos del acuerdo. Cabe destacar que, inicialmente, se había anunciado un arancel del 25% sobre productos japoneses a mediados de julio. Finalmente, el gravamen ha sido ajustado a diez puntos menos de lo previsto, lo que representa un alivio tanto para productores como para exportadores.
El acuerdo refleja una notable flexibilidad en la política comercial de EE. UU., al reducir los aranceles inicialmente previstos
Con este movimiento, la administración Trump busca equilibrar las relaciones comerciales con Japón, incentivando inversiones y reduciendo la presión arancelaria en sectores estratégicos. La aprobación de esta orden ejecutiva marca un paso significativo en la dinámica económica entre ambos países, buscando fortalecer los lazos comerciales en un entorno cada vez más competitivo.
