El precio de la vivienda en España ha registrado en el mes de febrero una variación mensual del 1% y una variación interanual del 7,8%, según el IMIE General de Tinsa. Al ajustar estos datos a la inflación, el incremento real se sitúa en un 4,8% a lo largo del último año. Desde Tinsa apuntan que este crecimiento es reflejo del dinamismo presente en el mercado inmobiliario, especialmente en un contexto donde el coste hipotecario está disminuyendo.
Desde el mínimo experimentado tras la crisis en el verano de 2015, el precio medio de la vivienda se ha incrementado un 49,5%, aunque sigue siendo un 12,1% inferior a los niveles máximos alcanzados entre 2007 y 2008. En cuanto a la variación mensual de los grupos analizados, los valores oscilan entre el 0% y el 2%. Los mayores aumentos fueron observados en ‘Islas’ (+2%), ‘Áreas metropolitanas’ (+1,2%) y ‘Capitales y Grandes Ciudades’ (+1%). En contraste, ‘Costa Mediterránea’ se mantuvo “plana” en febrero y los municipios de interior, agrupados como ‘Resto de municipios’, también mostraron un crecimiento moderado.
Los crecimientos son resultado de la competencia por el espacio en los polos de empleo y focos turísticos
La directora del Servicio de Estudios de Tinsa, Cristina Arias, destacó que estos incrementos son indicativos de una oferta que no logra satisfacer la creciente demanda en zonas específicas. Respecto a la variación interanual, dicha tasa se situó entre el 5,9% y el 13% en términos nominales, mientras que la variación real, descontando la inflación, se encuentra entre el 2,9% y el 10%.
La comparación con niveles de precios anteriores debe descontar el efecto de la inflación acumulada en los últimos años
Los mayores crecimientos interanuales se concentran en el grupo ‘Islas’ (+13% nominal) y ‘Costa Mediterránea’ (+8,6%), aunque este último ha experimentado una desaceleración. A su vez, ‘Capitales y Grandes Ciudades’ (+7,7%) y ‘Áreas Metropolitanas’ (+5,9%) continúan con su aceleración de precios, mientras que ‘Resto de municipios’ (+6,4%) se mantiene en aumento pero de manera más cautelosa. Se observa que el encarecimiento sostenido de la vivienda después de la pandemia está cerrando la brecha con respecto al periodo álgido del sector inmobiliario, aunque todavía existe una diferencia significativa, especialmente entre las localidades más pequeñas del interior, que presentan una reducción acumulada del 22,6% respecto a sus niveles máximos.
