Los programas de mentoría han incrementado de media un 22% la facturación de pymes y empresas emergentes
Los programas de mentoring se basan en el aprendizaje a partir de la experiencia del tutor, una persona con más experiencia y conocimientos. Podría decirse que se trata de la transmisión de conocimiento del mentor al aprendiz de la forma más eficaz, precisa y organizada. El mentor trabaja con la premisa de que su aprendiz no ha desarrollado todo su potencial profesional. Por lo tanto, se encarga de canalizar todos los conocimientos que tiene el aprendiz y los potencia a través de su propia experiencia y conocimiento.
Este tipo de programas son una realidad ya en muchas empresas en España, así lo resalta el informe 'Impacto del mentoring en 2022: visualización de la lista Fortune 500 de EE.UU.', desarrollado por MentorcliQ. Asimismo, indica que, si hablamos de las 500 mayores empresas, el porcentaje de ellas que cuenta con mentorías es del 84 %.
En algunas ocasiones este asesoramiento se lleva acabo mediante profesionales sénior jubilados que ofrecen su experiencia y conocimiento a startups. Las cifras reflejan su éxito: incrementado de media un 22 % la facturación de pymes y empresas emergentes. De hecho están puesto en marcha este tipo de programas de forma gratuita como, por ejemplo, el que lleva acabo Barcelona Activa.
Este éxito se debe "a los beneficios únicos que pueden aportar estas personas con amplia experiencia laboral", según explica Manel Fernández Jaria, profesor colaborador de los Estudios de Economía y Empresa de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC). Estos mentores pueden presentar perspectivas valiosas y ofrecer consejos prácticos basados en su experiencia por haber haberse enfrentado a diversos desafíos a lo largo de su carrera. Además, al tener usualmente más tiempo disponible, pueden ofrecer un enfoque de mentoría más personalizado.
Áreas de apoyo: toma de decisiones, gestión y competencias sociales
"Las personas profesionales jubiladas sénior suelen haber ocupado cargos directivos en sus carreras y tienen habilidades sólidas y consolidadas en valorar las alternativas sobre la base de su experiencia, gestionar equipos o definir la visión estratégica de una organización", indica Manel Fernández. Por ello, pueden aportar una visión interesante a la hora de definir el propósito y los valores reales de la compañía, además de poder proporcionar información sobre la industria y las posibles competidores.
Las áreas en las que las personas profesionales jubiladas pueden aportar con su experiencia van desde la orientación empresarial general hasta el desarrollo de habilidades específicas necesarias en cada sector. Sin embargo, según el profesor colaborador de la UOC, su experiencia puede ser especialmente valiosa en lo relacionado con la toma de decisiones, la gestión de equipos, la estrategia a desarrollar y las competencias sociales.
Asimismo, otra fuente de ayuda a partir de su experiencia es el desarrollo de habilidades concretas necesarias para el día a día del negocio, "ofreciendo capacitación y desarrollo de habilidades en áreas como el marketing, las finanzas, los recursos humanos o la tecnología". Pero, además, son especialmente importantes para enseñar las llamadas habilidades sociales, como pueden ser: la comunicación efectiva, la resolución de problemas a través del análisis de situaciones; la gestión del tiempo y la priorización, planificando tareas y administrando eficientemente el tiempo para lograr objetivos; el trabajo en equipo, o la adaptabilidad.
En este sentido son muchos los beneficios que proporciona la enseñanza y el aprendizaje que puede darse entre personas profesionales jubiladas y jóvenes emprendedoras. Esta opinión está reafirmada también por el 87 % de participantes en el estudio El talento sénior en España, del Instituto Santa Lucía, quienes creen que es completamente necesario combinar de forma correcta talento joven y talento sénior.
