Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.

Lifestyle

La NBA ‘copia’ a Europa 

Por Enrique Fernández

La liga norteamericana de baloncesto lanza una Copa al estilo europeo en plena temporada regular 

El baloncesto está presente en todo el planeta, pero nadie puede negar que su epicentro reside en Estados Unidos como creadores del mismo (James Naismith en 1891) y con la NBA (National Basketball Association) como reina de las competiciones. La liga americana se ha convertido en la competición baloncestística más seguida del mundo, con especial peso en Estados Unidos y Canadá (países con franquicias que compiten en la liga), China y Europa. 

El viejo continente, también famoso por sus ligas domésticas y, sobre todo, por su máxima competición europea (la Euroliga); ha visto como, en los últimos años, el seguimiento del baloncesto ha experimentado un fuerte crecimiento entre sus ciudadanos, con especial fervor por la liga norteamericana. 

Los mejores jugadores del mundo sueñan con jugar en la NBA y esto se debe a que los estadounidenses han sabido ‘vender’ su producto mejor que nadie. No es solo cuestión deportiva, también es económica. La brecha salarial entre la competición americana y el resto de las ligas (a excepción de China y a la espera de ver si Arabia Saudí entra a ‘competir’ en este deporte) es mayor que el océano Atlántico. 

Mientras que las estrellas de la NBA cobran salarios superiores a los 40 millones de dólares (unos 36,7 millones de euros al cambio actual) al año, en Europa, el salario más alto es de 4,5 millones de euros (el contrato que firmó este verano el jugador español Willy Hernángomez con el FC Barcelona). Si entramos a nivel de clubes, mientras que el equipo de los Golden State Warriors tiene una plantilla de 500 millones de dólares (unos 460 millones de euros), el Real Madrid contó el curso pasado con 37,1 millones de euros en presupuesto de plantilla y staff. Una inversión que, en el caso del baloncesto europeo, siempre termina con un ROI negativo (27,8 millones de pérdidas en el caso del equipo merengue la temporada 2022/2023). 

NBA, el saber vender 

¿Y a qué se deben estos problemas financieros? Pues la respuesta es sencilla: saber vender el producto. En el caso de la NBA, nadie sabe montar shows como los americanos y en el caso del deporte, más aún. Las ventas de entradas a los partidos (con los espectáculos que acompañan cada juego), las giras internacionales, los derechos televisivos y, sobre todo, el merchandising, hacen que tener una franquicia sea tener una ‘gallina de huevos de oro’. 

‘Ganar es lo de menos’ podríamos decir, ya que, mientras que en Europa el campeón de la Euroliga solo suma pérdidas por coronarse como rey de Europa (el último año, el Real Madrid ingresó 1,5 millones de euros por ganar la Euroliga, pero tuvo que afrontar un gasto extraordinario de 6,7 millones en bonus a plantilla y staff); en Estados Unidos ‘todo son ganancias’. 

En 2022, New York Knicks era el equipo de mayor valor económico (6.120 millones de dólares, 5.600 millones de euros al cambio) siendo un equipo que no gana un campeonato desde 1973 y cuya participación en los Play-Off suele ser meramente testimonial. Pero la Gran Manzana es la Gran Manzana y el dinero que mueve el espectáculo (y el marketing) en Nueva York es innegable.  

La NBA y sus franquicias viven tiempos de bonanza y los dueños ven como, cada año, el valor de sus acciones se dispara. Un ejemplo lo hemos visto hace apenas un mes con los San Antonio Spurs. La compañía Aramark, propietaria del 10% de la compañía texana, decidió desprenderse del 5% del capital que poseía en la franquicia por 100 millones de dólares. 

Una ‘minucia’ si lo comparamos con los 3.250 millones de dólares (cerca de 3.000 millones de euros) en los que está valorada la franquicia. Sin movernos del estado de Texas; en 2017 se vivía la última ‘gran venta’ de franquicias NBA con la adquisición de Houston Rockets por Steve Ballmer, ex CEO de Microsoft, tras el desembolso de 2.200 millones de dólares (algo más de 2.000 millones de euros). En seis años, Ballmer ha visto como su inversión se ha duplicado.  

La caída a los infiernos del All Star Game  

Todo son sonrisas en el baloncesto americano salvo por un producto: el All Star Game. El partido de las estrellas, celebrado tradicionalmente durante un fin de semana del mes de febrero, ha pasado de ser uno de los eventos más esperados por los seguidores de la NBA a un ‘parón de competición’ sin valor mediático. Este año, el partido tuvo la menor audiencia de su historia con 4,6 millones de espectadores, un 27% menos que la edición del año anterior, y una cifra muy alejada de los 22,91 millones de espectadores que siguieron el encuentro de 1993 en la NBC con jugadores como Michael Jordan, Shaquille O'Neal o Charles Barkley en la cancha.  

Pese a que, en los últimos años, la NBA ha ido aplicando cambios en el formato (ya no se juega Este contra Oeste, sino que son equipos configurados por dos capitanes), en los productos complementarios (modificando el partido de rookies vs sophomores por un duelo entre jóvenes estadounidense frente a jugadores del resto del mundo); las audiencias han seguido cayendo sin conseguir revertir la situación. Mientras que las finales de liga baten cada año récords de audiencia, su fin de semana de las estrellas cada año queda más perdido en el ostracismo.  

El nacimiento de la Copa NBA 

Es justo ahora, con la caída de audiencias de su producto complementario, cuando Adam Silver (comisionado de la NBA) decide materializar un deseo de muchos años: la ‘Copa de la NBA’, denominada como NBA In-Season Tournament. Un formato de eliminatorias que arrasa en Europa y que, en Estados Unidos ya está presente en otras disciplinas como la Super Bowl de la NFL. 

Esta temporada 2023-2024 debuta en la máxima competición del mundo del baloncesto masculino en un torneo de mitad de temporada celebrado entre noviembre y principios de diciembre, coincidiendo con el periodo de menores audiencias de la liga y terminando justo antes de las navidades y la celebración de los partidos especiales de navidad (de gran atractivo en términos de audiencias). 

El NBA In-Season Tournament se celebra en las canchas de los 30 equipos que conforman la liga repartidos en seis grupos; con la excepción de las semifinales y la finales, que se celebrarán en el T-Mobile Arena de Las Vegas (una ciudad que lleva años soñando con tener su propia franquicia). Estos partidos clasificatorios vienen a sustituir los juegos ‘de la basura’ que se venían desarrollando todas las temporadas en los que las propias franquicias dejaban en el banquillo a sus estrellas, con la vista centrada en los Play-Off fijados en abril.  

Ahora, con la ‘Copa de invierno’ los equipos tienen partidos a vida o muerte en los primeros meses de competición, siendo además una oportunidad de oro para las franquicias pequeñas de optar a un título. En esta primera edición, el ganador de la Copa NBA obtendrá un suculento premio económico de 500.000 dólares para cada jugador, 200.000 dólares para los finalistas, 100.000 dólares por jugar semifinales, y la mitad, 50.000 dólares, por caer en cuartos de final.  

Con este nuevo producto, la NBA consigue exprimir aún más su lucrativo negocio creando una competición complementaria que logre paliar las caídas de audiencias de los meses de invierno. El show debe seguir hasta la eternidad. 

Únete a nuestra Newsletter

A través de nuestra Newsletter con Capital te hacemos llegar lo más importante que ocurre en el mundo de la #economía, los #negocios, las #empresas, etc… Desde las últimas noticias hasta un resumen con toda la información más relevante al final del día, con toda comodidad.