Llevamos muchos meses escuchando que la inteligencia artificial (IA) y la sostenibilidad (factores medioambientales, sociales y de gobierno corporativo -ESG, por sus siglas en inglés-) son las dos tendencias que transformarán el mundo. Estudios publicados revelan que la IA podrá facilitar el cumplimiento del 79% de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y hasta el 93% si consideramos solo los medioambientales.
Si nos centramos en el sector bancario, el uso de la IA aplicada en el cumplimiento de los ODS, un total de los 43 bancos mundiales analizados -ente ellos, BBVA, CaixaBank, Ibercaja y Banco Santander- establecieron una alianza para que todas sus carteras de crédito y de inversión fueran neutras en emisiones netas de gases de efecto invernadero en el 2050, en línea con los objetivos globales de lucha contra el cambio climático.
Para cumplir con ese objetivo, se estima una inversión de cerca del 8% del PIB mundial cada año para lograr el objetivo de cero emisiones netas. Por ello, la dependencia al capital natural que tiene la actividad económica global y la necesidad de inclusión financiera en los países emergentes se suman a esta línea y plantean el inicio de un nuevo ciclo inversor.
Los datos mencionados reflejan el potencial de la IA para ayudar y revolucionar la gestión financiera sostenible, siendo una herramienta de análisis predictivo que ayuda a las entidades en la toma de decisiones, a través del procesamiento y análisis de datos en tiempo real, derivando en la identificación de oportunidades de eficiencia energética, reducción de costos, establecimiento de patrones, tendencias y mitigación de riesgos financieros de forma más precisa.
A través de los algoritmos de aprendizaje automático, la IA puede optimizar la gestión de carteras de inversión, identificar oportunidades de crecimiento sostenible y evaluar el rendimiento financiero a largo plazo. Este punto beneficia a las entidades en términos de rentabilidad y contribuye a la sostenibilidad económica al promover inversiones responsables y éticas.
La implicación de la IA en la sostenibilidad económica ayuda a las entidades a cumplir con las regulaciones financieras y ambientales, fomentando la transparencia y la responsabilidad corporativa y fomentando los desafíos, como la interpretación de los resultados de los modelos de IA, la ética en la toma de decisiones automatizadas y la seguridad de los datos.
Actualmente, la sostenibilidad está ligada a todo el proceso de inversión a través de cuatro pilares o principios. El primero está basado en la integración de los factores medioambientales, sociales y de gobierno corporativo (ESG). El segundo responde a la exclusión de empresas y/o países que no cumplen con criterios básicos de sostenibilidad.
En tercer lugar, es clave la medición del impacto en la inversión de activos con objetivos sostenibles específicos o compañías con contribución positiva a los ODS. Y cuarto y último, resulta decisiva la implicación de las direcciones de las entidades para fomentar la transición hacia una economía sostenible.
Como conclusión, podemos afirmar que la integración estratégica de la IA, a través de la capacidad de esta tecnología para recopilar y analizar grandes volúmenes de datos y en la medición, predicción y optimización de procesos, marca una nueva ruta que tendremos que evaluar. Su eficiencia dependerá de cómo se integre con otros recursos y conocimientos humanos.
El reto reside, por tanto, en la capacidad de las entidades para promover o patrocinar una gobernanza corporativa responsable y eficaz, que proteja de los riesgos a la sociedad y que evite asfixiar la innovación empresarial necesaria para impulsar la sostenibilidad global.
