“Buscamos fuera de nuestras fronteras aquello que necesitamos dando por sentado que será mejor que lo patrio”
Existen tantas definiciones del management como profesionales versados en la materia hay en el mundo. A la espera de que la Real Academia de la Lengua Española decida incluir la entrada en el diccionario y le otorgue un significado determinado, lo cierto es que se trata de un arte, de una ciencia, de una disciplina o de un método (por mencionar algunas de las descripciones comúnmente utilizadas). En definitiva, el management es una realidad que tiene mucho que ver con el desarrollo de las organizaciones.
Mi interés por el management nació hace ya bastantes años. Llegó de la mano de uno de los profesionales con mayor prestigio en esta materia de nuestro país, el profesor Javier Fernández Aguado, con quien, un bendito día, tuve la fortuna de cruzarme en el pasillo tras asistir a una de sus conferencias. Conocer su trabajo simplemente me cautivó y, a partir de ahí, leer cualquiera de sus libros o asistir a sus ponencias se transformó en un lujo, sobre todo cuando después tenía la oportunidad de conversar con él.
Profundizar en el tema se convirtió en un hábito que aún continúa, y esta rutina de leer y escuchar a cuantos autores tengo acceso hicieron que me diera cuenta de que, como sucede en otros terrenos, en el management no es oro todo lo que reluce. Es esta una tarea en la que, por desgracia, junto a grandes profesionales encontramos chamarileros dispuestos a vender como diamantes el cristal más burdo. Charlatanes que se presentan como los magos del management que, en el mejor de los casos, tan solo hacen a las empresas perder su tiempo y su dinero. En el peor, llevan al desastre a la mejor de las organizaciones.
Por otra parte, y por alguna extraña razón que no logro entender, los españoles tendemos a sentirnos mucho más cautivados cuando aquello que nos llama la atención lleva apellido extranjero y, si además suena anglosajón, nuestra dicha se dispara. Buscamos fuera de nuestras fronteras aquello que necesitamos dando por sentado que será mejor que lo patrio, sin tan siquiera plantearnos una búsqueda interna.
Separar por un lado el grano de la paja, poniendo negro sobre blanco los nombres de auténticos profesionales, y demostrar que el estudio, la reflexión, la investigación y la experiencia que aportan estos mismos profesionales ponen a España a la vanguardia del management mundial, son dos motivos, quizá los de mayor peso, que me impulsaron a escribir ‘Protagonistas del Management Español’.
José Aguilar, Fernando Botella, Josep Capell, Lourdes Cascón, Javier Fernández Aguado, Miguel Fernández-Rañada, Juan Ferrer, Igor González de Galdeano, Ricardo Hernández, Xavier Marcet, Marta Prieto, Ofelia Santiago, Koldo Saratxaga, Marcos Urarte y Mariano Vilallonga son los nombres de los protagonistas que han hecho posible este libro.
Lo sorprendente de esta edición es que, después de conversar con cada uno de ellos y de entender su pensamiento para redactar los textos, me he encontrado con quince maneras diferentes de entender el management que en ningún caso se contradicen, sino que se apoyan unas en otras y se complementan.
A medida que se avanza en la lectura se van desgranando conceptos que han quedado desvirtuados, quizá por manidos, y se descubren otros que aportan una nueva luz. Hablamos de historia, de talento, de liderazgo, de comunicación, de nuevas teorías, de estrategias, de la gestión del tiempo o del cambio. Y, sobre todo, hablamos de personas, porque está claro que si no las ponemos en el centro de las organizaciones dejaremos de tener futuro.
En esta edición (soy consciente de que existen otros muchos nombres en España que podrían haber formado parte del libro y que espero formen parte de un nuevo proyecto), he querido presentar a los directivos de nuestras empresas a quince profesionales capaces de llevar a sus organizaciones al éxito, facilitando el trabajo de conocerlos uno a uno.
Por último, quiero resaltar que hay un rasgo que los hace únicos y que los une a la manera de un hilo rojo, y es que sobre todos ellos planea la ética como el eje central de sus vidas, algo tan en desuso en nuestros días como imprescindible.
