Activistas de Greenpeace desplegaron esta mañana una pancarta sobre las vías de la estación de Atocha (Madrid) en la que se dirigen al ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, José Luis Ábalos, para pedirle que apueste más por el ferrocarril frente al avión en un verano marcado por la crisis del Covid-19.
'Ábalos: faltan trenes, sobran aviones' es el mensaje que podía leerse en la pancarta, con el que Greenpeace pretende que el Gobierno apueste por el ferrocarril como elemento clave para la descarbonización del sector del transporte y frenar la crisis climática.
Greenpeace indicó en un comunicado que defiende el papel del ferrocarril como alternativa sostenible para reducir un gran número de vuelos, puesto que "un viajero en tren emite hasta 20 veces menos CO2 que si viaja en avión".
Por este motivo, los activistas también señalaron la supresión de servicios ferroviarios "bajo el pretexto de la bajada de la movilidad durante este verano", recortes que han alcanzado tanto a AVE y Larga Distancia como a Cercanías y Media Distancia, y que han causado "escenas de trenes completos y falta de plazas en varias conexiones".
La organización indicó que España ha aprobado "rescates" a la aviación con 1.010 millones de euros a Iberia y Vueling mediante créditos ICO avalados por el Estado, a lo que podría añadirse "una inyección directa de capital público en Air Europa para evitar su quiebra", lo que "serviría para facilitar la operación de compra de Air Europa por parte del Grupo IAG, el holding de Iberia y British Airways".
Greenpeace desplegó el pasado mes de junio una pancarta frente al Congreso de los Diputados pidiendo 'no más dinero público a empresas contaminantes' en referencia a las multimillonarias subvenciones concedidas a la aviación y al automóvil, sectores que dependen de los combustibles fósiles y deben afrontar una descarbonización para cumplir con los objetivos de reducción de emisiones que se ha marcado España en el marco del Acuerdo de París.
NO A LOS VUELOS CORTOS
Por ello, Greenpeace exigió a Ábalos que "cualquier medida de rescate público incluya el estricto cumplimiento del Acuerdo de París y reducir las emisiones del sector aéreo", para lo cual la organización ecologista propone "acabar con los vuelos cortos siempre que exista una alternativa ferroviaria por debajo de seis horas o, en su caso, un tren nocturno".
"De completarse la operación de compra, más del 85% de dichos vuelos cortos serían operados por aerolíneas del grupo IAG. Por eso, consideramos que el Ministerio de Transportes tiene capacidad para fijar un veto a los vuelos cortos como condición para el rescate, del mismo modo que el Gobierno francés de Macron ha hecho con el rescate a Air France”, señaló Adrián Fernández, responsable de la campaña de Movilidad de Greenpeace.
Greenpeace también demandó que "cualquier rescate público a las aerolíneas se destine a proteger los salarios y las condiciones de las personas trabajadoras, al mismo tiempo que se prohíba cualquier beneficio particular como los repartos de dividendos o bonos de beneficios".
Por otro lado, Greenpeace recalcó que el descenso en la oferta ferroviaria no se limita a una reducción de frecuencias, ya que también se han suprimido todos los trenes nocturnos (que están en auge en otros países) y los servicios de atención a bordo, lo que provoca que los trenes circulen "sin personal suficiente a bordo mientras hay 2.000 personas de tripulación en ERTE".
“Renfe ha comunicado que implantará más servicios en función de la demanda, pero la realidad es que es imposible conocer la demanda del tren cuando se empuja a los viajeros a ir en avión o en su coche por falta de trenes. El primer paso para impulsar el ferrocarril como medio de transporte es que haya un servicio y que sea accesible a todos, pero este verano hemos visto todo lo contrario: menos trenes y más caros”, apuntó Adrián Fernández, responsable de la campaña de movilidad de Greenpeace.
(SERVIMEDIA)