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Directivos

Autónomo y en estaciones 4.0: así será el Metro de Madrid

Por Redacción Capital

Atención, estación en curva. Al salir tenga cuidado para no introducir el pie entre coche y andén”. Este enunciado de clara evocación es sinónimo de suburbano, de velocidad, de Metro. Unas palabras que los viajeros de este modelo de transporte han escuchado en innumerables ocasiones, pese a que en el último año las circunstancias pandémicas han obligado a muchos ciudadanos a mantenerse sobre la superficie de la capital. Pero, ¿cómo se ha vivido desde abajo, desde dentro? ¿Cómo ha repercutido económicamente la drástica bajada de usuarios?

Silvia Roldán, CEO de Metro de Madrid, explica a Capital que el pasado año “alrededor del 50% de los viajes (340,3 millones)” no se produjeron como consecuencia de la pandemia del coronavirus, lo que “ha tenido como efecto una bajada de los ingresos de cerca de 48 millones de euros”. Una situación que ha obligado a la empresa a “hacer un enorme esfuerzo en contención de gastos”. Además, por si fuese poco, el desembarco de 2021 trajo consigo a Filomena, lo que ha provocado que durante “los primeros meses de 2021 no se augure una recuperación tan favorable como se esperaba”. La ambigua clave para la recuperación, advierte Roldán: “La llegada de las vacunas”.

Mientras tanto, este “eje vertebrador” de la movilidad dentro de la Comunidad de Madrid continúa sus diferentes proyectos para avanzar en la modernización de sus servicios. Uno de ellos es la implantación de los trenes autónomos sin conductor. Una apuesta para la que “Metro de Madrid va a licitar en breve la adquisición” y cuyo “material rodante, absolutamente digital, permitirá realizar una operación o explotación digital y automatizada”. El objetivo, señala Roldán, lograr “un tren capaz de chequearse a través del mantenimiento predictivo, lo que nos permitirá aumentar enormemente la fiabilidad”.

Sin embargo, para ello “es preciso realizar una importante inversión tanto en las instalaciones como en la infraestructura, por lo que aún es pronto para concretar fechas para la implantación de este sistema”. De momento, añade, “la compañía sigue centrada en la contratación de nuevos maquinistas”. En concreto, Metro de Madrid prevé contratar antes de finalizar el año a un total de 300 profesionales.

Aunque éste no será el único aspecto que la empresa de transporte tiene entre manos. Tal y como señala su CEO, “Metro está haciendo una apuesta muy fuerte por la transformación digital de sus instalaciones con una serie de medidas como la implantación del sistema de radiotelefonía digital Tetra en todas las líneas de la red”. Con ello pretenden “mejorar las comunicaciones”. El otro avance en esta materia es “lograr la cobertura 4G en la totalidad de la red”. Un cúmulo de desarrollos entroncados en un fuerte proceso de digitalización que buscará lograr la “estación 4.0”, para la que, afirma Roldán, “se han comenzado las obras del centro de procesamiento de Datos (CPD), que será el contenedor tecnológico que consolide y centralice algunos de los sistemas de las estaciones” que permitan “una mayor rapidez de respuesta ante incidencias y un despliegue de servicios en menos tiempos y con menor coste”.

La cuestión es: ¿logrará Metro de Madrid reducir dichas quejas por parte de los usuarios? Una de las más habituales procede de la accesibilidad existente a las estaciones, la cual, en muchas ocasiones, es de gran dificultad para personas con discapacidad o algún tipo de reducción de la movilidad. Si bien es cierto que uno de los objetivos de la empresa de transporte es lograr dicho acceso al 100%, muchas veces los viajeros se enfrentan a las palabras “no está en servicio”. Un reproche ante el que Silvia Roldán cita el “Plan de Accesibilidad e Inclusión, que tiene como objetivo incorporar 89 ascensores en 33 estaciones de la red del suburbano madrileño” con el que conseguirán que “el 73% de las estaciones del suburbano sean completamente accesibles”. Cuándo se hará realidad esta promesa es algo que está por narrar.

A esto hay que añadir las condiciones derivadas de la propia pandemia del coronavirus, ya que las medidas de seguridad adoptadas de “tres viajeros por metro cuadrado por plataforma de pie” no es lo que denotan las imágenes trasladadas en redes sociales por numerosos usuarios que acceden a Metro a diario. ¿Cómo lo justifican desde la empresa? Roldán señala que “Metro de Madrid cumple con las medidas establecidas” y alude al “control automático de tornos para acceder a las estaciones”, así como a la adaptación de “la oferta de trenes a la demanda de viajeros en las distintas fases de la pandemia, con el objetivo de que se respete la distancia de seguridad estipulada”. El problema es que la merma de demanda a la mitad no les ha eximido de protestas diarias. Y ahí se encuentra una de sus grandes batallas.

Unas quejas que llegan especialmente a través de las redes sociales, donde la comunicación con los viajeros es directa y cada vez más importante. Por eso, para Metro de Madrid esta es “una de nuestras más claras prioridades”. “Hemos apostado por una mejora constante de nuestros canales de comunicación para garantizar una información útil y actualizada a los viajeros”, destaca Roldán, quien recuerda que “Metro ofrece información al usuario a través de los asistentes virtuales de Google y Amazon sobre el estado de la circulación de sus trenes en tiempo real”. De tal forma, “los usuarios pueden saber si hay alguna incidencia en la red con solo preguntar al dispositivo”.

La cuestión es qué ocurre cuando las preguntas se disparan y las incidencias no cesan. Eso mismo ocurrió este pasado enero durante el temporal Filomena, que puso a prueba al sistema de Metro de Madrid. “Se gestionaron más de 20.300 consultas de viajeros”, apunta Silvia Roldán, en referencia a unos días en los que se instauró un servicio 24 horas para paliar los efectos de una nevada que dejó la carretera intransitable.

Los maquinistas de Metro se convirtieron en el salvavidas de muchas personas que tuvieron que desplazarse por diversas causas. Y se cita los maquinistas, en masculino, porque el 75% de los trabajadores de esta empresa de transporte son hombres. Una cifra que no ha variado mucho desde hace ya treinta años, pues en 1990 el porcentaje de mujeres era del 19% frente al 25% de 2021.

Es cierto que hay un porcentaje elevado de hombres entre el personal de Metro, especialmente en algunos puestos relacionados con talleres o la conducción de trenes, que han sido ámbitos tradicionalmente masculinos”, señala Roldán. No obstante, añade, “las últimas incorporaciones de maquinistas están poniendo de manifiesto un cambio en esta tendencia con una mayor presencia femenina”.

Y, si bien es cierto que “aún queda mucho camino por hacer”, la CEO de Metro de Madrid recuerda que ha habido personal femenino en la empresa “como taquilleras, revisoras, telefonistas o administrativas desde sus orígenes en 1919”. Unos puestos muy lejos de los directivos cuya brecha ha roto precisamente ella, al convertirse en la primera mujer jefa de Metro de Madrid. “Para mí está siendo un orgullo y un reto estar al frente de una empresa con el prestigio de Metro de Madrid y espero que mi ejemplo no sea un caso aislado, sino que abra el camino a muchas más mujeres”. Aunque ese trayecto, eso sí, será en el subsuelo de la capital. Dónde si no.

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