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Economía

Ucrania no se rinde, pero su moneda desfallece

Por Redacción Capital

La divisa de Ucrania ha quedado en segundo lugar con la invasión rusa, pero su futuro permanece tan incierto como el fin del conflicto

“Si sirves a la naturaleza, ella te servirá a ti”. Si hay una población convencida de este principio es la ucraniana. El vasto país de Europa del este, en el que solo la invasión rusa ha detenido al unísono el sosiego de sus montañas boscosas, de su sinuosa costa que se asoma al mar Negro y de las praderas que dibuja el río Dniéper, rinde homenaje continuo a su hábitat en toda la simbología nacional: su nombre hace alusión a sus orígenes de tierra de frontera, los colores azul y amarillo de su bandera simbolizan el cielo sobre sus cultivos de cereales y su moneda se rodea de representaciones de hojas de roble y espigas de trigo aludiendo al poder de la fértil Ucrania.

Junto a la simbología vegetal, en el centro de la moneda oficial ucraniana aparece un tridente, el `Tryzub`, que fue adoptado como escudo, en 1918, cuando se constituyó la República Popular. Durante el período soviético, cuando pasó a denominarse República Socialista Soviética de Ucrania, tanto ese escudo como el color amarillo desaparecieron y solo eran utilizados por los grupos anticomunistas que buscaban la independencia del Kremlin.

Después de desmoronarse el bloque de la URSS, la nueva Constitución recuperó aquel símbolo en 1992. Como apunta a Capital la Cámara de Comercio ucraniana, “ese mismo año se realizaron las primeras acuñaciones de la nueva moneda en la Luhansk Cartridge Factory: la grivna (hryvnia, pronunciado en ucraniano). Su nombre deriva de la forma eslava griva, que significa `cabellos´ y hace referencia a un collar de considerable valor. Más tarde, este término se empleó para medir lingotes de oro y plata”. Pero la moneda de curso legal en Ucrania, que sustituyó a los karbóvanets, no se introdujo hasta septiembre de 1996, “cuando se controló un poco la hiperinflación que sufría nuestro país tras la disolución del bloque soviético en 1991”. El código alfabético internacional para esta unidad monetaria se estableció como UAH.

El comportamiento de la grivna antes del ataque de Putin

Inicialmente la tasa de cambio de una grivna era la de un dólar estadounidense. Tras la crisis financiera rusa de fines de los años noventa, la moneda se devaluó hasta situarse, a comienzos del año 2000, en 5,60 UAH por dólar. Entonces, el cambio se mantuvo relativamente estable hasta que, a fines de 2008, volvió a devaluarse. La tasa de inflación llegó a un 38,40% meses antes de 2015.

Gonzalo Cañete, director del blog financiero Brújula de Mercados y senior executive de Swissquote en Londres, apunta a Capital que la evolución de la divisa ucraniana anterior al ataque ruso es muy significativa: “Ha sido una moneda principalmente intervenida desde su existencia hasta que, en 2014, tuvo un rescate financiero hecho por el FMI porque debía 3000 millones de dólares a Rusia en las transacciones de gas hacia el resto de Europa. Ucrania recibió el crédito del FMI pese a que no hizo frente a las deudas que acarreaba. Fue la primera vez que esa organización monetaria internacional autorizó el crédito bajo esas condiciones porque, según los estatutos del FMI, no se te concede el crédito a menos que tengas compromisos de pago con los acreedores. Precisamente, en 2005, una de las condiciones que puso el Fondo Monetario Internacional es que no se tuviera una moneda intervenida y, a partir de ese momento, la moneda ucraniana se devalúa muchísimo”.

Ima Sammani, analista de mercados de divisas en Monex Europe, añade también a Capital la influencia que la pandemia de Covid-19 y las tasas de vacunación han tenido, durante los dos últimos años, en la evolución de la grivna: “La situación interna de Ucrania en materia de Covid-19 fue bastante grave en comparación con la de otras naciones europeas, lo que hizo que la UAH se debilitara considerablemente a lo largo de 2020. Las tasas de vacunación un año después eran relativamente bajas. En el cuarto trimestre de 2021, el recuento de casos diarios y las muertes relacionadas con el Covid aumentaron más que en los países vecinos, lo que a su vez pesó sobre la moneda. La elevada tasa de inflación del país hizo que el Banco Central Ucraniano fuera uno de los primeros en subir los tipos de interés, en 2021, para limitar la depreciación de la divisa a través de la transmisión de la inflación. Pero el sentimiento siguió siendo débil en general debido a la evolución del Covid”.

La guerra debilita la moneda ucraniana

Como en tiempos de la resistencia anticomunista, desde el pasado 24 de febrero los colores amarillo y azul y el Tryzub se han convertido de nuevo en símbolos de la lucha por librarse de la invasión rusa. Ucrania resiste, pero su moneda desfallece: “En lo que va de año, la grivna se ha debilitado un 3,28% frente al euro y un 7,43% frente al dólar estadounidense, según los precios compuestos de Bloomberg”, indica la analista Ima Sammani. “Ucrania ha suspendido la mayor parte del comercio de divisas y ha congelado el tipo de cambio oficial de la UAH a los niveles anteriores a la guerra, al tiempo que ha impuesto una moratoria a la mayor parte de los pagos de divisas. Esto significa que el tipo de cambio real es indeterminado, ya que nadie está dispuesto a asumir la prima de riesgo. Las tarjetas de pago ucranianas tampoco funcionan ya fuera de Ucrania. La UE ha mantenido conversaciones con el BCE sobre la creación de un mecanismo que permita canjear una determinada cantidad de ahorros en UAH por euros, pero el plan requerirá garantías de los miembros de la UE para cubrir las pérdidas en los valores de la grivna”.

El director del blog financiero Brújula de Mercados añade que “la moneda de Ucrania, a diferencia del rublo ruso, que ha recuperado parte del valor previo a la intervención militar, continúa débil”, pero aún no han sonado las alarmas: “El rublo se ha recuperado por una serie de estrategias que Rusia ha ejecutado, como forzar la utilización de su moneda para los contratos de gas a Europa y a EE. UU, y por la tasa de conversión establecida de 5000 rublos por gramo de oro”. 

El futuro incierto de una moneda en manos del conflicto

Después de dos meses de combates, de más de 4,9 millones de personas forzadas a salir de Ucrania, las perspectivas sobre la finalización del conflicto son tan inciertas como las de la grivna. De ahí que la analista de divisas de Monex Europe recalque a Capital que, en estas circunstancias, la previsión del comportamiento de la divisa en tiempos de guerra es una tarea casi imposible debido al perfil de riesgo siempre cambiante: “Sin embargo, lo que sí sabemos es que los problemas de liquidez, que se observan en este momento, no van a remitir pronto. Incluso cuando el conflicto termine, la economía ucraniana tardará décadas en recuperarse, por lo que será muy difícil que la grivna recupere los valores anteriores a la guerra”.

Recurriendo a la geopolítica, Gonzalo Cañete analiza la composición de la balanza comercial de Ucrania, un país en el que más del 30% de sus exportaciones - hierro, acero, cereales, grasas y aceites- tienen como destino la UE: “Si Rusia consolida la ocupación del sur de Ucrania va a acabar ocupando toda la zona de acceso al mar que tiene este país. Si eso ocurre, las rutas de exportación van a quedar limitadas a exportación aérea o territorial, es decir, por las carreteras. Así es que pierde el acceso a mar y, por lo tanto, es una jugada muy gorda contra el comercio. La zona industrial de Ucrania está al este, que es la que está ocupando Rusia, así que también afectará. El país que dirige Putin también es alto exportador de grano, de cereales. Por tanto, podemos concluir que, si Rusia consolida su ocupación en el este y sur de Ucrania, probablemente acabe interfiriendo en el comercio ucraniano y, por lo tanto, el 30% de las exportaciones que hacía a la UE se van a ver comprometidas o va a haber que negociarlas también con Rusia. Y Putin no va a perdonar las sanciones que le ha puesto la Unión Europea. Si se retiran esas sanciones para poder negociar, habrá hiperinflación y dificultad de suministros garantizada para Europa, es decir, lo que estamos viendo que está produciéndose ahora y los primeros temores de lo que se viene encima se van a ver confirmados si Rusia ocupa el sur de Ucrania porque perjudicará al comercio. Y, por lo tanto, la grivna no se recuperará.

Esa recuperación solo se produciría si hay un acuerdo de paz que, a su vez, recupera territorios y acceso comercial y se restablecen las rutas comerciales. Si Rusia abandona la ocupación del territorio ucraniano todo volverá a la normalidad. Y si Rusia cede ciertas partes y le mantiene el acceso marítimo y portuario en Odesa a Ucrania, la grivna se mantendrá más o menos estable”.

Por tanto, solo un acuerdo de paz, una retirada de tropas por parte de Rusia o un acuerdo entre Putin y Zelenski según el cual, aunque no se retiraran las tropas, pero sí se mantuvieran los accesos marítimos a Ucrania y a las rutas comerciales previas al conflicto, permitirían, según estas previsiones, que la grivna volviera a brillar y los ucranios salieran de la oscuridad a la que ha sometido la invasión rusa. 

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