El tráfico aéreo en Europa no recuperará los niveles registrados en 2019 hasta después del año 2024, según un nuevo pronóstico de tráfico aéreo de siete años publicado por Eurocontrol
La guerra en Ucrania y las consecuencias económicas retrasan la recuperación del tráfico aéreo hasta 2025, según Eurocontrol recogido por Europa Press. El pronóstico que actualiza y amplía el realizado el pasado mes de junio, antes de la temporada de verano, establece tres posibles escenarios, el más optimista mostrando una recuperación de los niveles de 2019 durante el año 2023 y el más pesimista con una recuperación prevista que se alargaría hasta después del año 2028.
El escenario 'base' más probable para la organización europea prevé que la recuperación del tráfico aéreo en el continente no llegue hasta el año 2025, cuando se alcanzarían los 11,2 millones de vuelos.
"Hemos visto una fuerte demanda este verano, pero se ha visto frenada, tanto por la capacidad del sector para manejar el rápido crecimiento como por el impacto de la guerra en Ucrania", aseguró el director general de Eurocontrol Eamonn Brennan.
La organización espera registrar alrededor de 9,3 millones de vuelos este año, un 49% más que en 2021, pero aún un 16% por debajo de los registrados en 2019, cuando se alcanzaron los 11,1 millones.
"Somos optimistas sobre la recuperación del tráfico a alrededor del 92% de los niveles de 2019 el próximo año. Pero aún existen importantes riesgos a la baja que podrían afectar la recuperación durante los próximos años", advirtió Brennan.
El organismo prevé tres posible escenarios. El escenario más positivo prevé un crecimiento moderado del PIB, un impacto limitado en la demanda de la inflación, una buena confianza de los pasajeros, y restricciones de capacidad limitadas en 2023 en aeropuertos y aerolíneas.
El escenario de referencia base estima que el PIB sea débil, que la inflación (incluido el precio del combustible para aviones) impacte en la demanda, así como una reducción de la confianza a volar por parte de los pasajeros.
El peor de los escenarios previstos anticipa varios riesgos para el tráfico aéreo europeo entre los que se incluyen varios estados en recesión, la demanda viajera bastante afectada por la inflación, el Covid o preocupaciones ambientales, así como problemas de capacidad o de plantillas tanto en las compañías aéreas como en los aeropuertos en 2023.