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Arteagabeitia (Telefónica): “No pedimos más regulación, sino todo lo contrario: más desregulación”

Capital entrevista a Idoya Arteagabeitia González, directora de Asuntos Legales y Regulatorios en Telefónica

Idoya Arteagabeitia, directora de Asuntos Legales y Regulación en Telefónica
Por Alejandro Fernández

Un mercado fragmentado, con un fuerte nivel de competencia, y un mundo digital con regulación probablemente desfasada en algunos aspectos. Esa es la radiografía del sector de las telecomunicaciones, que camina hacia su consolidación y que, mientras termina de implantar por completo la red 5G, ya calcula los efectos de la próxima disrupción: el 6G. 

En este contexto, Capital, en una iniciativa de la práctica legal de EY Abogados, analiza junto a Idoya Arteagabeitia, directora de Asuntos Legales y Regulatorios en Telefónica, el presente y el futuro del negocio de las telecomunicaciones. En su opinión, “lo que se decida en este momento marcará el futuro del sector, un sector clave para la competitividad y la transformación digital de Europa”. 

Asistimos a un momento de gran disrupción en el sector digital y, concretamente, en la industria de las telecomunicaciones. ¿Cuáles cree que son los grandes retos a los que se enfrentan las compañías del sector para los próximos años?

Los dos principales retos que van a marcar el futuro del sector de las telecomunicaciones y de Europa, son, en nuestra opinión, la regulación y la consolidación del sector. ¿Qué pedimos? Que nos dejen competir en igualdad de condiciones como cualquier otro jugador, porque las circunstancias que hace 25 años dieron lugar a esta regulación se han quedado obsoletas, y hoy, el contexto del sector de telecomunicaciones es totalmente distinto. 

Ahora tenemos una clara oportunidad. No pedimos más regulación, sino más desregulación. Las mismas normas y los mismos derechos para todos. Lo que se decida en este momento marcará el futuro del sector, un sector clave para la competitividad y la transformación digital de Europa, decisivo en el desarrollo de la Década Digital y los ambiciosos objetivos marcados a 2030. Si no se adoptan medidas ya, tenemos el riesgo de no poder competir en la misma liga que otras regiones del mundo. Y eso tiene un impacto directo en la sociedad europea. 

 ¿Prevé cambios regulatorios relevantes en su sector durante los próximos meses, tanto a nivel europeo, como nacional?

Se está trabajando en una Digital Networks Act, comúnmente conocida como DNA, que debería ser la máxima prioridad para Europa. Una regulación que promueva un nuevo marco regulatorio, entre cuyos objetivos está la sostenibilidad financiera del sector. 

“Estamos en un momento decisivo para impulsar la competitividad de Europa, nos jugamos nuestra autonomía estratégica” 

Está previsto que Margrethe Vestager, comisaria europea de Competencia, presente el próximo 21 de febrero el white paper sobre el futuro de las redes y del sector de telecomunicaciones, que será la base de esta nueva legislación y que marcará el paso a las compañías europeas para los próximos años. Se trata de un paso relevante y una muestra de la importancia que ha adquirido la transformación digital de Europa y la necesidad de garantizar la autonomía estratégica a través de la fortaleza de las redes de telecomunicaciones europeas. 

 El sector de telecomunicaciones se presenta como crítico para la consecución de la autonomía estratégica europea sobre la que tanto se discute en los últimos meses. ¿Así lo consideran también desde Telefónica? ¿Cuáles son los grandes retos de Europa para la obtención de esta autonomía estratégica?

Nos encontramos en el momento decisivo para impulsar la competitividad de Europa a largo plazo. Debe recuperar el liderazgo y la ambición: acertar con la escala, simplificar el marco y las obligaciones, confiar en las empresas para liderar el cambio y replantearse su política de competencia y su modelo de regulación. 

Es el momento para que la UE apueste decididamente por una agenda inversora y promueva el marco para potenciar que las empresas europeas inviertan en casa. Nos estamos jugando el futuro de Europa y nuestra autonomía estratégica. 

Hoy día la fragmentación del mercado europeo está dañando a sus empresas, no permite competir con las mismas reglas de juego que sus homólogas a nivel global. Solo unas cifras ilustrativas: en Europa hay 39 operadores móviles para 541 millones de abonados, mientras que, en Estados Unidos, hay tres grandes compañías que atienden un mercado de 341 millones de abonados. 

Idoya Arteagabeitia, directora de Asuntos Legales y Regulación en Telefónica

Este año 2024 se cumplen 30 años de la creación del Mercado Único Europeo. ¿Se ha conseguido plenamente? ¿Cuáles son los retos para avanzar en este proyecto de mercado único europeo?

Es necesario seguir mejorando las infraestructuras de telecomunicaciones, la conectividad móvil y el despliegue del 5G y las redes de banda ancha, y apostar claramente por seguir reforzando la colaboración público-privada en el impulso de estas infraestructuras, lo que permitirá acelerar las inversiones necesarias. 

Vivimos en un mundo de transformación digital con reglas de un mundo analógico, no tiene sentido” 

Solo así volveremos a situar a las compañías europeas como gigantes capaces de competir ‘de tú a tú’ en un ámbito global y de ofrecer a los ciudadanos europeos la conectividad que permitirá avanzar a todos y no dejar a nadie atrás. 

¿Está preparada Europa para competir a nivel mundial en un mundo de transformación digital?

Como decía, Europa se enfrenta a un nuevo escenario geopolítico, tecnológico y económico. Estamos viviendo un momento decisivo. Invertir la alarmante pérdida de competitividad y autonomía de la UE se está convirtiendo en una cuestión de supervivencia y seguridad económica para la región y para el bienestar de sus ciudadanos. Es necesario abordar con urgencia la construcción de una Europa digital que le permita desempeñar un papel relevante en la economía mundial del futuro. 

Para ello hay que trabajar en dos ámbitos: las infraestructuras de conectividad y los servicios digitales; y hacerlo en un marco de desregulación del sector de las telecomunicaciones que permita a las compañías europeas competir en el marco global y en el sector digital en igualdad de condiciones con otras compañías de este sector. Vivimos en un mundo de transformación digital con reglas de un mundo analógico. No tiene sentido.  

 ¿Cómo ha evolucionado el sector digital y el de telecomunicaciones? Normas como las recientes Digital Markets Act (DMA) y Digital Services Act (DSA) abordan y regulan por primera vez el rol de las grandes compañías tecnológicas en el sector digital. ¿Cómo valora la aprobación de estas normas?

El sector digital y el sector de las telecomunicaciones están cada vez más imbricados. Hoy no tiene sentido hablar sólo de un sector de telecomunicaciones. Las redes de telecomunicaciones, la infraestructura es la que proporciona la conectividad que permite a todas las compañías que intervienen en el sector digital prestar sus servicios a los usuarios finales. 

Pero en este sector digital que nos aglutina a todos, hasta hace muy poco, sólo las compañías de telecomunicaciones han estado sujetas a una regulación férrea mientras que otras compañías digitales no lo estaban. El Digital Markets Act (DMA), y el Digital Services Act (DSA), suponen un cambio de paradigma en el que la UE ha tomado la delantera frente a otros continentes, nivelando el terreno de juego para todos los actores que intervenimos en el sector digital. 

Es un buen comienzo y una regulación asimétrica que captura a los grandes gigantes tecnológicos con inmenso poder de mercado. La regulación debería seguir en la senda de hablar de un ecosistema digital único con diversos actores y normas mínimas pero efectivas y horizontales.  

 ¿Desde una perspectiva regulatoria cuales deberían ser los próximos pasos en la regulación de los gigantes tecnológicos o Big Tech? ¿Cuáles son las expectativas de Telefónica respecto del Digital Networks Act o DNA, recientemente anunciado por el comisario Thierry Breton?

Es vital que los principios de proporcionalidad y justicia sean la base de la relación entre todos los actores que forman parte de la cadena de valor del ecosistema digital. Y en este punto es necesario que cada uno de los actores más relevantes y que hace un uso más intensivo de la red pague un precio justo por los servicios que efectivamente recibe del resto de agentes, al tiempo que se potencie un uso responsable de las redes de telecomunicaciones. 

Los que hacen un uso más intensivo de la red deben pagar un precio justo por los servicios que reciben del resto de agentes 

El 60% de las redes son utilizadas por un grupo muy reducido de compañías, que hacen un uso de las mismas sin evaluar el coste que supone para las compañías como nosotros el despliegue de red, su mantenimiento y la inversión en capacidad. Es como si construimos autopistas, las mantenemos y ampliamos carriles para un grupo reducido de conductores, y ese coste no nos permite ejecutar nuevos caminos a otros lugares que redunden en el bien de todos.  

 La Inteligencia Artificial (IA) generativa es la ‘estrella’ del sector tecnológico, ¿qué cree que puede aportar al desarrollo económico y empresarial esta tecnología? ¿Qué opinión le merece la propuesta de Reglamento europeo que pretende establecer normas armonizadas en esta materia?

El acuerdo en la UE sobre la regulación de la IA marca un hito histórico. Esta ley promueve una IA segura y fiable, fomentando un ecosistema de innovación responsable y de políticas públicas que impulsen las inversiones en proyectos de IA. Se trata de encontrar el equilibrio entre la innovación y regulación, de innovar de una manera responsable desde el diseño.  

Este reglamento obliga a los actores de los sistemas de IA (especialmente a aquellas que se puedan considerar un alto riesgo) a evaluar de antemano los posibles impactos negativos antes de haberse lanzado al mercado. Les obliga a parar y pensar previamente, mitigando así posibles impactos negativos posteriores tanto económicos como sociales. 

 Telefónica es una compañía que cumple este año 100 años de existencia con una fuerte presencia internacional, ¿cómo se consiguen gestionar estas diferencias culturales y/o de desarrollo económico manteniendo una identidad corporativa común? ¿Cómo es la Telefónica del futuro?

Nosotros nos guiamos por unos valores que son comunes a todo el Grupo y que son la esencia de todo lo que hacemos: somos abiertos, retadores y confiables. Nuestro propósito de compañía, que es hacer un mundo más humano conectando la vida de las personas está fuertemente implantado en todos nuestros países. Nuestro centenario es el resultado de una apasionante historia de transformación. La capacidad de adaptación y de anticipación es nuestra esencia y eso nos permite ser útiles a la sociedad y seguir construyendo la Telefónica de los próximos cien años.  

 

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