Pese a las medidas para paliar el incremento de sus cifras, la gasolina sube un 9,8%, el gasóleo un 14,9% esta semana
El precio de la gasolina y del gasóleo ha vuelto a conquistar esta semana nuevos récords históricos, pese a la rebaja en los últimos días en la cotización del petróleo, que cotiza en torno a los 102 dólares por barril, por debajo de los niveles marcados desde el comienzo de los ataques de Rusia a Ucrania.
En concreto, tal y como ha recogido Europa Press, ambos carburantes han encadenado esta semana su undécima subida consecutiva. En el caso del diésel, acumula ya un encarecimiento del 34,9% en lo que va año, mientras que la gasolina ha repuntado un 24,68%.
El precio medio del litro de gasolina se ha situado esta semana en los 1,844 euros, su séptimo récord consecutivo, tras encarecerse un 9,82% con respecto a la pasada semana, según datos del Boletín Petrolero de la Unión Europea recogidos por Europa Press.
Por su parte, el precio medio del litro de gasóleo ha escalado hasta los 1,817 euros, remontando un 14,92% frente a hace siete días y estableciendo así su quinto máximo histórico consecutivo.
Los precios que recoge el Boletín Petrolero de la UE son medios, sin embargo, en muchas gasolineras de España el precio de ambos carburantes se venden ya por más de dos euros el litro.
De esta manera, el precio de los carburantes, tras la tregua dada en el final de 2021, cuando encadenó hasta cinco semanas de caídas, prosigue con la escalada que empezó con en el arranque de 2022 y que se ha visto acentuada en las últimas fechas debido a la invasión rusa de Ucrania.
Tras la estela del crudo
Este nuevo encarecimiento en el precio de los combustibles se produce pese a la rebaja de los últimos días en el precio del crudo tras el inicio el pasado 24 de febrero de los ataques de Rusia a Ucrania, que llevó al petróleo a superar el 8 de marzo los 131 dólares el barril, a lo que se suma el bajo nivel de oferta global.
El precio de los carburantes depende de múltiples factores, como su cotización específica (independiente de la del petróleo), la evolución del crudo, los impuestos, el coste de la materia prima y de la logística y los márgenes brutos.
De este modo, la evolución en la cotización del crudo no se traslada directamente a los precios de la gasolina, sino que lo hace con un decalaje temporal. Es el fenómeno conocido como 'efecto pluma' (tardanza de los precios en bajar) y 'efecto cohete' (rapidez de los precios en subir).
Desde el 8 de marzo, la cotización del crudo Brent se ha ido moderando, aunque se mantiene en cifras elevadas. De hecho, hace justo un año, el precio del barril estaba en 64,5 dólares, es decir, un 58,13% menos que hoy.
hace justo un año, el precio del barril estaba en 64,5 dólares, es decir, un 58,13% menos que hoy
De su lado, el precio del barril de petróleo West Texas Intermediate (WTI), de referencia para Estados Unidos, prosigue en precios elevados y ha llegado a cotizar hoy en 99 dólares, frente a los 61,4 de hace justo un año. En este caso, el máximo también se alcanzó el pasado 8 de marzo, cuando el WTI tocó los 123,7 dólares por barril.
Llenar el depósito, hasta 35 euros más caro que el año pasado
Así, llenar un depósito medio de gasolina de 55 litros cuesta ahora en torno a 101,2 euros, unos 29 euros más que hace un año, mientras que en el caso de repostar con gasóleo asciende a unos 99,94 euros, unos 35,43 euros más que en la misma semana de 2021.
Con esta nueva subida en el precio de los carburantes, el llenado del depósito esta semana es un 40,65% más caro que hace un año para el caso de la gasolina y un 54,9% superior en el caso del gasóleo.
A pesar de estos niveles, el precio de la gasolina sin plomo de 95 está en España por debajo de la media de la Unión Europea, situada en 2,021 euros el litro, y de la zona euro, con un precio medio de 2,13 euros. En el caso del diésel ocurre algo similar, ya que el precio en la UE es de 2,027 y de 2,105 en la zona euro.
El menor nivel de precios finales con respecto a los países del entorno se debe a que España, pese a las subidas del IVA, a los mayores impuestos y a los gravámenes al biodiésel, sigue contando con una menor presión fiscal, en general, que la media comunitaria.