La entidad de estudios de BBVA prevé que el PIB de la economía española crecerá un 2,4%, pero en 2024 el avance se reducirá al 1,8%
Las previsiones sobre la economía española reflejan un descenso del impulso que vivió después de la pandemia. Según los datos del INE, ese empujón sirvió para recuperar la producción previa a 2020. Sí, la economía se dirige a un horizonte de sombras por la subida de los costes energéticos, pero también afronta luces como la buena marcha del turismo.
La entidad de investigación BBVA Research, dependiente del banco de mismo nombre, ha analizado las perspectivas para España, si bien ha advertido de que predomina una "elevada incertidumbre". En ese escenario, el análisis coincide con el que ya han hecho otras organizaciones: mantenimiento de la actividad este final de año y una ralentización más grande de lo esperado en 2024.
En las siguientes líneas destacamos las principales conclusiones de las proyecciones de BBVA Research.
Revisión del PIB de 2024
Al igual que otras entidades, la estimación de 2024 cae. En concreto desde el 2,1% hasta el 1,8% por el deterioro de las perspectivas globales. A su vez, mantiene el crecimiento de 2023 en el 2,4%, lo que representa una de las cifras más altas de las previstas en las últimas semanas por otros organismos.
Ralentización
Para la unidad de análisis del banco, hay factores que añaden una elevada incertidumbre. Entre ellos, la evolución de los tipos de interés, la subida del precio del petróleo, la desaceleración del resto de Europa y la evolución de la productividad por hora y por trabajador. En todo caso, advierten de que la situación financiera de familias y empresas no anticipa una caída mayor, sino que solo se trata de "una desaceleración cíclica".
Por otro lado, España enfrentará el deterioro del vigor de las economías de sus principales socios comerciales, como son los vecinos comunitarios. Así, podría elevarse la contribución negativa al crecimiento del sector exterior.
Fortaleza financiera
De hecho, para los analistas existe fortaleza en las cuentas de familias y empresas, por lo que la recuperación de la economía española puede continuar, aunque pierda algo de fuerza. En ese sentido, se prevé la normalización de la actividad industrial, apoyada por los fondos europeos, lo que compensaría el aumento de la incertidumbre de la política económica.
Inflación sin cambios
Aunque parecen haber pasado los meses en los que los precios crecían a doble dígito, la inflación persiste. Desde BBVA Research señalan que será difícil que la inflación se acerque al 2% el año que viene. Por el contrario, los promedios podrían rondar el 4%, concretamente, el 3,7% este 2023 y el 3,6% en 2024. Estas cifras incitarían al Banco Central Europeo a mantener los tipos como están, si no a subirlos.
El empleo también pierde fuelle
Frente a una primera mitad de año en la que el empleo mostró dinamismo, en la segunda mitad da muestras de agotamiento, toda vez que en el primer semestre se registraron cifras "excepcionalmente buenas". Sin embargo, en el segundo trimestre ya se observó una caída de la productividad por hora, sumada a la ralentización de puestos de trabajo, lo que coincidió con el deterioro de algunos indicadores de confianza.
La explicación que da la unidad de análisis es que podrían haberse adelantado decisiones de contratación a la primera parte del año, aunque también es posible que se estén produciendo cambios estructurales a consecuencia de la reforma laboral.
Déficit y ayudas
El crecimiento de la economía española no impedirá que continúe existiendo déficit. Desde el organismo hablan de un desequilibrio de alrededor del 4% del PIB. El Gobierno tendría que reducir en casi un punto el gasto (o incrementar otro tanto los ingresos) para situarse en el objetivo del 3% que marcan las reglas fiscales europeas. Para ello, una vía consistiría en eliminar las ayudas introducidas para mitigar el efecto de la inflación.
