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Jorge Garbajosa (FIBA Europa y ex FEB): “La base del baloncesto español es extraordinaria”

Por Enrique Fernández

Jorge Garbajosa, presidente de FIBA Europa y ex presidente de la Federación Española de Baloncesto (FEB), habla con Capital ante el centenario de 'La Familia' ÑBA

Cien años de historia, se dice pronto. La Selección suma un siglo anotando canastas por todo el globo terráqueo, cosechando títulos de gran valor que le permiten contar con una de las salas de trofeos más enviadas del mundo y ostentar el primer puesto del ranking mundial de la Federación Internacional de Baloncesto (FIBA).

Para celebrar este primer siglo de vida, Capital conversa con Jorge Garbajosa, presidente de FIBA Europa, ex presidente de la Federación Española de Baloncesto (FEB) y leyenda de este deporte en España. Jorge cuenta a sus espaldas con una de las carreras deportivas más laureadas de nuestro país. Entre sus logros, décadas de títulos en clubes de diferentes países europeos (España, Italia, Rusia), Estados Unidos (Toronto Raptors) y figura clave en la mejor selección española de la historia.

En 2012, el ‘primer ala-pívot moderno español’ colgaba las botas dejando su vitrina cargada de medallas tras una dilatada carrera de 17 años y con 167 partidos con la selección española absoluta a sus espaldas. Ese mismo año, Jorge entraba a formar parte de la estructura de la FEB como enlace con la Selección y director del Área de Responsabilidad Social Corporativa.

Finalmente, en 2016 era designado como presidente de la Federación Española de Baloncesto, un puesto que ha ostentado desde entonces y hasta este mismo mes de junio. A partir de ahora, ostentará la posición de presidente de la Federación Internacional de Baloncesto Europea (FIBA Europa)

Analizando la historia de la Selección en vísperas de su próximo cumpleaños, ¿Qué balance hace de estos 100 años de historia? 

Es un balance a todas luces satisfactorio y del que todos, en el baloncesto y el deporte español, debemos estar orgullosos. Un siglo da para mucho, para todo diría, y el nuestro no es una excepción. Considero que lo más importante es que han sido cien años de desarrollo y crecimiento desde cero. Hace cien años, el baloncesto en España, como en prácticamente todo el mundo, estaba empezando. Desde 1923, desde su misma fundación, la FEB empezó a organizar competiciones, masculinas y femeninas, a impulsar las selecciones nacionales, y sobre todo a crear una estructura nacional, actualmente completada por las Federaciones Autonómicas, que permitió ir dando pequeños y grandes pasos.

Si repasamos la historia de estos cien años de la FEB, gran parte de sus iniciativas más importantes han estado siempre encaminadas a la promoción del baloncesto y a la captación de jóvenes jugadores y jugadoras, entrenadores, árbitros… Ahora, la base del baloncesto español es extraordinaria. Lo que hemos hecho desde que accedí al cargo en 2016, lógicamente, en un marco muy diferente al de décadas atrás, ha sido mantener este legado y ampliarlo con todas las posibilidades que ofrece el mundo actual. Y creo sinceramente que hemos estado y estamos a la altura de ese legado, independientemente de las medallas y los títulos.

¿Qué futuro le espera a la Selección Española? ¿Nos hemos acostumbrado a los ‘años dorados’ que ahora no valoramos en su justa medida logros como el Eurobasket de 2022? 

Nuestro ADN es no ‘malacostumbrarnos’ a nada más que a competir siempre al límite de nuestras posibilidades. Es lo que hemos hecho siempre y lo que siguen haciendo nuestras Selecciones, esté quien esté en ellas. De modo que no nos tocan tiempos de reinversión sino de seguir invirtiendo, porque esto no lo hemos dejado nunca de hacer.

Todo lo que conseguimos lo valoramos mucho, sea cual sea el resultado, porque competimos al máximo, todos nuestros jugadores y jugadoras sienten el orgullo de vestir la camiseta de España y los aficionados, de baloncesto y del deporte en general, se sienten representados por ellos y ellas, incluso como parte del equipo. Esto es lo más importante de eso que llamas ‘años dorados’, estamos convencidos de que seguirá siendo así, tenemos muchos más por delante.

En el último Eurobasket se disiparon las quejas sobre la polémica nacionalización de Lorenzo Brown, el primer jugador nacionalizado que nunca ha vivido (ni jugado) en España. ¿Qué justificación se da desde la FEB a esta nacionalización? ¿La falta de talento nacional ha ‘modificado’ la política de actuación respecto a las nacionalizaciones? 

Siempre entendimos que hubiera quien convirtiera la nacionalización de Lorenzo Brown en una polémica, pero hay que reconocer que acabó siendo poco menos que anecdótica. Al final, prácticamente todo el mundo lo aceptó con naturalidad, y no sólo porque ganamos el oro. Lo importante no es cómo entra un jugador en el equipo, sino cómo se integra en él, y, en este sentido, Lorenzo ha sido desde el primer momento uno más. No tuvo que hacer ningún esfuerzo artificial, es un jugador extraordinario y una persona fantástica, que no había vivido ni jugado nunca en España, pero que ahora siente que forma parte del grupo. El grupo también lo siente así, y, desde luego lo mismo podemos decir de la afición.

Su incorporación ha sido un acierto en todos los sentidos, no la cuestiona ya nadie. Él mostró desde el primer momento su disposición y cariño por jugar con España, nos reconoció la admiración que sentía por jugadores como Pau, como Rudy, por el baloncesto español y el juego del equipo en general. Todo esto fue lo más importante, lo que priorizamos siempre con todos los jugadores: las ganas, el deseo y la ilusión por jugar con la Selección. Y Lorenzo las tiene como el que más.

Usted fue pieza clave de la mejor selección española de la historia, que empieza a colgar las camisetas de sus leyendas retiradas, como los Gasol, Felipe Reyes, Sergio Rodríguez, José Manuel Calderón… ¿Cree que este inigualable palmarés puede suponer una presión muy alta para las nuevas generaciones? 

Conocemos perfectamente a nuestros jugadores y sabemos que no es así. Lo que les caracteriza, especialmente a los jóvenes, es que ponerse la camiseta de España no les supone una presión, sino orgullo y responsabilidad. Además, aunque ahora es más visible, porque ya se han retirado muchas de las grandes figuras de los últimos años, en realidad la Selección ha sido, es y seguirá siendo, un equipo vivo, al que prácticamente cada año se han ido incorporando nuevos jugadores.

Lo han hecho con el ejemplo de las estrellas de referencia, con su ayuda, su compañerismo, y lo que han visto desde el primer entrenamiento es que la Selección no son doce jugadores, sino un equipo, una Familia, como dicen ellos. Esta es la medalla más grande de su palmarés.

Aldama es uno de los últimos casos de ‘fuga’ de un joven español que decide cambiar la formación española por el desarrollo profesional en universidad americana. ¿Cree que en España debería haber cambios estructurales que ayuden a los jóvenes a compaginar su formación académica y deportiva? 

Hablar en el siglo XXI y en un mundo sin fronteras de ‘fuga’ no se corresponde con la realidad. Y en un baloncesto del máximo nivel profesional, cada cual toma la decisión personal que considera que es mejor para su formación, y desde luego desde la FEB ponemos nuestra experiencia y recursos a su servicio. De Aldama, lo que a nosotros nos satisface es que haya dicho públicamente hace apenas unos días que quiere jugar con la Selección a partir de este verano. 

Las competiciones españolas (desde la Liga Endesa a LEB Oro o Liga Femenina) viven una preocupante caída en el número de jugadores nacionales. ¿A qué cree que se debe esta disminución? ¿Deberían tomarse medidas para proteger al jugador nacional?

Lo que vemos es que precisamente en los últimos años el protagonismo de los jugadores y las jugadoras nacionales en nuestras competiciones está aumentado. La Liga Femenina Endesa, por ejemplo, está experimentando un crecimiento exponencial y en ella están prácticamente todas nuestras mejores jugadoras. Con la masculina, sobre todo desde que en 2017 se implantaron las ‘Ventanas FIBA’, hemos visto que el jugador español no sólo sigue evolucionando, sino que ahora tenemos probablemente más entre los mejores del mundo.

Que ahora en las competiciones en general, en todo el mundo, haya muchos deportistas no nacionales no es ya una situación preocupante, como sí pudo serlo hace veinte años, más que nada por el cambio de paradigma. Actualmente es una consecuencia lógica del signo de los tiempos, que además es la normalidad en todos los grandes deportes. En la FEB nunca hemos querido ni queremos trabajar contra la corriente, sino adaptándonos a la realidad y poner todos los recursos posibles en seguir creciendo y mejorando a partir de esta realidad. Lo otro es una pérdida de tiempo.

Usted ha jugado en los mejores clubes de España y Europa, así como en la NBA y muchos jóvenes le pedirán consejo sobre la decisión de dar el salto. ¿Qué les dice? ¿Cree que merece la pena, o muchos se ven seducidos por la fama de la liga y las altas retribuciones económicas?

Está claro que la NBA es un mundo diferente al de nuestro baloncesto, es una competición con otros parámetros, otra mentalidad, otro sentido de la gestión. La NBA funciona así, y muy bien. Yo, si algún jugador me pregunta o me pide consejo, lo mejor que les puedo decir es que tomen la decisión que tomen, lo hagan priorizando su crecimiento y que ejerzan su profesión donde y como les resulte más satisfactorio deportiva y personalmente. Puedo asegurar por experiencia que para un deportista profesional lógicamente el nivel económico es un factor importante, pero casi nunca es el único.

Lo que tienen que conseguir es alcanzar el máximo nivel posible dentro de su propia carrera, porque cada carrera es diferente, con condicionantes y circunstancias diferentes. Lo único que no cambia es que, sea cual sea el objetivo, deben tener claro que sólo se puede lograr a base de mucho trabajo, mucho esfuerzo y mucho sacrificio. La carrera de un deportista profesional puede ser muy bonita, y la mía la fue, pero también es muy dura y nadie te regala nada. La principal responsabilidad es de uno mismo.

Un evento como el Eurobasket de 2022, en el que la selección permaneció cerca de un mes concentrada entre preparación y competición, ¿Qué coste puede suponer para la FEB?

Es un coste importante, por supuesto, pero siempre adaptado a las necesidades de los equipos y sobre todo a las posibilidades económicas de la FEB. Cada verano es diferente, porque no es lo mismo jugar un Europeos que un Mundial o los Juegos Olímpicos, clasificatorios… Ni ahorramos esfuerzos en lo esencial ni gastamos en lo que no lo es.

¿Cree que hace falta una mayor profesionalización de ligas como la LEB Oro, Plata, la EBA o las categorías femeninas, habitualmente a la sombra de la Liga Endesa o de la Euroliga?

No consideramos que las competiciones como LEB Oro, LEB Plata, Liga EBA o las Femeninas vivan a la sombra de la Liga Endesa o la Euroliga sino que forman parte de una pirámide global de competiciones. Para nosotros, lo importante no es que sean o no profesionales, que en determinados casos lo pueden ser más, sino que se desarrollen en el nivel que les corresponde.

Ésta es la política de la FEB, es la razonable, y, en general, nos da buenos o muy buenos resultados. En la estructura, digamos, europea y nacional, todos los deportes se desarrollan con categorías, lo verdaderamente clave es que estén interconectadas y que la estructura sea sólo una. Todo lo demás está en función de cada escalón. Siempre se puede mejorar en todo, pero es un error querer que todas las categorías se desarrollen con las mismas condiciones.

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