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Revista Capital

Invertir en oro físico: la alternativa para rentabilizar nuestros ahorros en un valor asegurado

Por Redacción Capital

“Tener oro físico es tener valor en tu mano” 

“La compra de oro está totalmente democratizada y es extensible a todos los públicos” 

Meter el dinero debajo del colchón. Esta afirmación tan añeja y arraigada a pensamientos tradicionales de la España de otra época ha traído consigo que todavía en 2010 un 2,1% de la población guardase efectivo en su casa como método para tener liquidez ante cualquier emergencia económica. Sin embargo, a su vez, esta decisión implica una pérdida de poder adquisitivo por el efecto de la inflación y la evolución de los precios.

La cuestión es qué hubieran pensado nuestras abuelas –aquellas personas tan dadas a pronunciar el enunciado con el que se arranca este texto– si les hubieran explicado el valor del oro como fórmula alternativa para incrementar el valor de sus ahorros

Algo similar trasladado al tiempo presente es lo que busca transmitir Degussa, empresa especializada en metales preciados de origen alemán y con sede en Madrid que recibe a Capital en su establecimiento pintado en tonos áureos al borde del Retiro. Tomás Epeldegui, director de la marca en el país, es quien actúa como embajador; un profesional del sector que aterrizó en esta compañía en el año 2017 después de dos décadas encargándose de la gestión de carteras de empresas y clientes de gran patrimonio.

Lo hace con un discurso novedoso –ya no habla de la “evangelización” del oro, como comenta con esta revista que hizo tiempos atrás cuando llegó a la firma–, cercano a todos los públicos, claro en el discurso y con un mensaje claro: el oro es la oportunidad. 

“No es lo mismo en un viaje con el coche pinchar una rueda y al tener otra de recambio llegar a tu destino que quedarte en la cuneta”. Con este símil Epeldegui comenta con Capital cómo la compra e inversión en oro físico supone una garantía y una tranquilidad para el empresario y ciudadano de a pie que esté preocupado por el devenir de su economía. 

“Hay muy poca cultura en España sobre la inversión en oro y efectivamente situaciones como la que estamos viviendo está haciendo que la gente intente mirar alguna alternativa. Ahí es donde aparecemos nosotros en escena”, sentencia como introducción el director de Degussa España antes de recordar que “el oro viene siendo un depósito de valor a lo largo de la historia de la humanidad que va a perdurar y que lo va a seguir siendo”. 

Por eso, Epeldegui explica a Capital que todo cliente lo primero que debe saber a la hora de valorar comprar este tipo de metales es que “hay que diversificar mucho más y saber dónde tenemos que colocar la inversión en oro físico porque hay que recordar que es una inversión”. Y, ¿dónde tiene que estar? “Bajo mi punto de vista en el primer reparto a la hora de diversificar nuestro patrimonio”. 

“Hay que tener inversiones financieras, inmobiliarias, quien hace una empresa o determinadas colecciones. En ese primer escalón entraría el oro”, apunta Epeldegui antes de matizar que en concreto “el oro físico, porque luego puedes invertir en productos financieros que pueden replicar lo que haga el oro, pero no es una diversificación patrimonial. Además, por motivos estratégicos o tácticos sí es un escalón más bajo”. 

Para este especialista, “tener oro físico es tener valor en tu mano, es la garantía de tener una divisa internacional, reconocida y aceptada en cualquier lugar del mundo. Esta es una de sus características: ser diferente. Además, a diferencia de la mayoría de inversiones que muchas de ellas tienen una hora de apertura y cierre de mercado, el oro cotiza las 24 horas de lunes a viernes”, lo cual significa que “siempre vamos a tener un precio actualizado”. 

Tomás Epeldegui, director de Degussa

Pero, ¿cómo saber que lo que tenemos en nuestras manos es una auténtica onza de oro? “Un lingote de máxima categoría como son los de Degussa tienen que tener cinco características: el fabricante, el metal del que se trata, la pureza, el peso y el sello del certificado. Estas son las cinco características que tienen que tener oficialmente todos aquellos lingotes fabricados por las refinerías acreditadas”. 

Una vez verificados estos aspectos por parte del comprador, sólo queda su adquisición; tal y como puede realizar cualquier persona acudiendo a la sucursal de Degussa en Madrid o incluso mediante su compra online. Unos espacios en los que el director de la entidad a escala nacional reconoce que disponen de un público de lo más variado.  

“La compra de oro está totalmente democratizada y es extensible a todos los públicos”, señala Epeldegui, quien argumenta que en Degussa disponen “desde niños que rompen su hucha y vienen a comprar una primera moneda a gente mayor, estudiantes, trabajadores… el perfil y el abanico es muy amplio”. Sin embargo, añade, “lo resumiría diciendo que son personas con una inquietud y una motivación muy importante de diversificar y de repartir su patrimonio en diferentes cestas”. 

Es un perfil bastante dado en gente que mira más allá de lo estándar y lo habitual”, insiste el director de Degussa en España, quien recuerda que el “perfil del español en general suele ser el de un cliente que tiende al ahorro, a buscar protección, y no es un perfil tan arriesgado como pueda parecer. No tiene esa templanza a la hora de asumir riesgos y es ahí donde el oro viene a complementar esas características”. Aunque, matiza, “el español es más ahorrador que inversor en general”. Por eso el tiempo medio desde que se comienza a valorar la inversión hasta que se lleva a cabo puede abarcar desde los tres a los seis meses.  

Precisamente esa característica de ahorrador es la que podría marcar la diferencia en un tiempo de gran incertidumbre como el actual en el que el oro se ha revalorizado por su capacidad de activo refugio. Más si cabe después del estallido de la pandemia de la Covid-19 y la posterior guerra en Ucrania, dos hechos que han hecho que el precio de este metal se revalorice en los mercados considerablemente. Pero, a su vez, justo por estas razones, disponer de oro en la cartera supone a su vez una forma de protección. 

“Hemos estado viendo durante una larga temporada cómo no había tipos de interés, pero ahora nos hemos encontrado con una inflación que dicen que está alta y el oro desde luego ha aportado una protección y una revalorización a las inversiones”, afirma Tomás Epeldegui, quien cree que “ya no solo es la importancia de la protección que nos da el oro”, sino que además “es un activo muy líquido”. Y “la liquidez en determinados momentos es la que determina si sales o te quedas en este bache económico”. 

Por eso, ante esta incertidumbre, Epeldegui entiende que los inversores “se han ido desvinculando de la inversión de lo que es la renta fija y la renta variable”. Pero, ¿es éste un buen momento para entrar en oro? “Siempre es un buen momento”. 

“En las épocas en las que está en máximos da algo de miedo poder entrar pensando que siempre se puede ir para atrás y en circunstancias normales creo que sí”, reconoce el director de Degussa en España. No obstante, añade, “actualmente vemos cómo hay mucho peso sobre el peso del oro por parte del dólar y esa parte de la rentabilidad de los bonos americanos, pero creo que es un proceso que ya se ha dado en otras situaciones. Es normal que se debilite en momentos en los que están subiendo los tipos de interés, pero en el momento en que estas subidas se ralenticen será cuando el oro arranque con mucha más fuerza”. Por eso, entre entrar o no, él considera que “sí es interesante”. 

“Nunca se sabe si una pequeña parte de un lingote que tenemos en posesión perteneció a los faraones en Egipto” 

Tomás Epeldegui, director de Degussa

“Se nos puede ir un poco más atrás después de hacer nuestra inversión, pero teniendo presente que lo que lo que estamos contratando es un sentido de valor en el largo plazo y un poco arriba o un poco abajo no nos va a trastocar los planes”. Además, sentencia, “la rentabilidad del oro en los últimos 22 años con el euro tiene de media una valoración de más de un 9% anual”. 

Por eso, tal y como apuntan los expertos, “se habla de que entre un cinco a un diez por ciento de nuestro patrimonio” sería conveniente invertirlo en oro “en función del perfil”. Pero esto no significa disponer de un gran patrimonio, ya que, como explica Epeldegui, por poco más de 100 euros puedes adquirir un pequeño lingote con el que ir generando una cartera de oro físico que se vea revalorizada en un futuro.  

La sostenibilidad de un bien tan preciado 

La cuestión en este punto es cómo se comportará un metal de tales características cuando en estos momentos hay datos del Consejo Mundial del Oro que determinan la existencia de 190.000 toneladas circulando alrededor del mundo, pero, a su vez, el Instituto de Geología de EEUU vaticina que sólo queda por extraer unas 50.000 toneladas.  

Esto para el director de Degussa en España son “estimaciones que se ajustan en mucha medida a diferentes estudios y análisis, por lo que son muy aproximadas y quiere decir que según vaya pasando el tiempo la capacidad de incrementar la oferta de oro se va a ir reduciendo, con lo que al final será un activo limitado y entrará en juego la oferta y la demanda”.

Pero, por otro lado, “hoy en día nos encontramos con unos volúmenes de demanda que no se cubren con la capacidad extractiva”. Y, de hecho, “entre un tercio de la demanda del mercado se suple con el reciclado”, hecho que Epeldegui considera como “muy importante". 

Y es que en esta empresa tienen muy presente el reciclado de este metal y a su vez están muy comprometidos con la gestión sostenible de los recursos naturales. Para ello se acogen a su obligación “de cumplir con una serie de normas establecidas por las que las refinerías están obligadas a que todo oro esté milimétricamente definido de dónde procede. Su legitimidad y sobre todo sus esfuerzos por evitar que cualquier oro pueda venir de cualquier procedencia, de explotaciones ilegales o de ese submundo es donde nosotros tenemos que ser siempre transparentes porque es lo más translúcido del sector”.  

Tomás Epeldegui, director de Degussa

Además, Degussa, desde un prisma empresarial, también participan de las políticas sostenibles “como miembros de este sector en esa parte del reciclado de compra de oro antiguo u oro que hay que destinar al sistema de afinarlo con el fin de que pueda volver a salir al mercado, cosa que me parece efectivamente un aspecto fundamental porque el oro fue el primer metal que se recicló en la historia del hombre”.  

“Se ha venido trasladando con la humanidad a lo largo del tiempo y nunca se sabe si una pequeña parte de un lingote que tenemos en posesión perteneció a los faraones en Egipto, aunque podría darse. Es imposible de verificar y concretar, pero dada su conservación pues sí podríamos decirlo”, explica Epeldegui, quien alega que Degussa busca ser lo más “friendly” con el medio ambiente posible. 

Comprar oro en un clic 

Ahora bien, si sostenibilidad es una de las palabras más acuñadas a lo largo de 2022 por el tejido empresarial, digitalización fue la correspondiente en 2021. Sin embargo, en este sector curiosamente su desarrollo no es tan sencillo “porque para poder entregarte un lingote y lo tengas en tu mano no hay medios de que viaje por internet, requiere de una interacción personal entre el cliente y nosotros”.

Y, si bien “sí hemos tenido mejoras desde el punto de vista de los procesos en los pedidos constantes que estamos teniendo o en el desarrollo de nuestra web, de nuestras aplicaciones, nuestro servicio va a requerir de cierto trato personal por la tangibilidad”.  

Entonces, ¿hasta qué punto el consumidor español acude a la tienda online para hacerse con uno de los productos? “Es un mix. Las ventas por internet se van incrementando e internet es un escaparate para todo el mundo de tal forma que ayuda a que toda la gente pueda acceder a una inversión sin desplazarse”, asegura Epeldegui, que detalla a Capital la variedad de clientes “de fuera de Madrid” que adquieren piezas online gracias que “todos nuestros envíos están asegurados y no hay riesgos que tenga que asumir el cliente”. 

Pero, a su vez, “una casuística que se da es que muchas veces en la primera compra los clientes valoran mucho venir a la tienda. Es un valor fundamental. La confianza en nuestro sector es uno de los aspectos más demandados por los clientes”, apunta Epeldegui, que recuerda cómo en 2019 “el Consejo Mundial del Oro sacó un estudio que apuntó que alrededor de un 75% de las personas que tenían intención de invertir en oro físico en el futuro próximo lo que más les había frenado en hacerlo era con quién hacerlo, de quién me fío”.

Por eso la “tranquilidad” que aporta Degussa a sus clientes “con todas las acreditaciones internacionales que tenemos y ser el distribuidor de las principales casas de la moneda, esa primera división del sector, es una tranquilidad que aporta mucho al cliente”.  

Y, una vez adquirido, en un momento en el que la segmentación de los medios de pago cada vez es mayor, ¿cómo realizar la transacción? ¿Siendo un sector tan marcado por la tradición se vería dispuesto a incorporar nuevas alternativas como Bizum, el buy now, pay later o las criptomonedas? Epeldegui se muestra escéptico al respecto.  

“El cliente es quien tendrá que irse a una entidad que le facilite financiación en caso de querer adquirirlo, pero no vemos la posibilidad de financiarlo”, reconoce. Y, en cuanto a las criptomonedas, “mientras no sean transparentes y trazadas por todos los estamentos del país desde luego, siendo totalmente transparentes y aludiendo a la política de procedencia, preferimos que no. Estamos obligados a cumplir con todas las políticas de blanqueo de capitales y esto nos hace tener una mínima política de prudencia, de tal forma que utilizamos el dinero como medio de pago porque nunca va a desaparecer”. 

Precisamente este medio, la moneda, es una posibilidad de adquisición desde un prisma de inversión en oro físico y para coleccionistas como la colección acuñada por la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre (FNMT) que este 2022 ha lanzado al mercado una moneda dedicada al toro, después del gran éxito con la dedicada al lince ibérico del pasado año. 

“La reacción de la del lince fue espectacular por la demanda que hubo y la cantidad de gente que se interesó. Este segundo año ya se está comercializando la del toro y la demanda va incrementándose. Cada vez hay más gente interesada en esta primera serie española. La pregunta es cómo no se había sacado antes”, cuestiona el director de Degussa, quien apunta que “tenemos la enorme suerte de que la FNMT ha decidido entrar en esa primera división y espero que, con el tiempo, poco a poco, pasemos a tener en España una moneda de inversión tradicional y demandada a todos los niveles”. Aunque, de momento, habrá que conformarse con esta serie anual.  

Una moneda construida en el metal más preciado de Degussa, aunque no el único. También ofrecen metales como plata o paladio, pero, tal y como reconoce Epeldegui, “en menor medida”. “Hay que recordar que el oro está exento de IVA y el resto no, lo cual marca una gran diferencia”. Además, añade, “todos los metales blancos tienen un componente mucho más industrial, por lo que se ven más afectados por la oferta y demanda desde un punto de vista industrial”. Por eso las ventas entre unos y otros alega encontrarse muy en la distancia. 

Igualmente, esta empresa alemana con sede en Madrid también cuenta con cajas de seguridad para todos aquellos que no quieran “andar con un objeto de valor moviéndose por la calle y tenerlo asegurado”. Múltiples opciones alrededor de este sector y de este metal con un único fin: dejar de guardar dinero debajo del colchón y descubrir una alternativa de inversión que sirva como un auténtico refugio.   

Fotografías: Santi Burgos

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