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Economía

La inversión en 2023: creatividad y autodefensa en busca de oportunidades 

Por María Nogales

Ángel Martínez-Aldama (Inverco): “El perfil del cliente se está adaptando cada vez más, no solo por la vía individual, sino por los servicios de gestión discrecional” 

Ricardo Miró-Quesada (Arcano Partners): “En momentos de incertidumbre y volatilidad es cuando se pueden obtener las rentabilidades más interesantes” 

Leyre Celdrán (AEFI): “Existe un interés probado de los unicornios extranjeros por adquirir empresas españolas” 

Pablo Gómez de Pablos (GBS Finance): “Continuaremos asistiendo a ajustes en las valoraciones, al igual que ocurrió en 2022, y se va a producir una disminución en los múltiplos de apalancamiento por las posibles bajadas de Ebitda de las compañías” 

Los principales operadores del mercado de los fondos de inversión aseguran que rentabilidades pasadas no garantizan rentabilidades futuras. Es un buen ‘escudo’, ya que parece muy aventurado hacer predicciones en materia de inversión en el contexto macroeconómico en el que se encuentra inmersa España y en el entorno internacional en el que opera. Es un ejercicio, cuanto menos, de valientes.  

Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), la economía española crecerá un 1,1% en 2023 y un 2,4% para el 2024, convirtiéndose, si se diera el mejor de los casos, en la economía avanzada que más crecerá durante estos periodos. Esto se debe, principalmente, a que nuestro punto de partida, como consecuencia del mayor impacto de la crisis en nuestra capacidad de generación de riqueza, es más bajo que el del resto de grandes países. En resumen, creceremos más porque nuestra caída también ha sido superior. 

El Banco de España, más optimista, estima que el PIB podría crecer un 1,6% este año, tres décimas por encima de la última estimación, y todo esto, con un IPC todavía disparado y en el 5,9% en enero. En lo que al conjunto de la zona euro se refiere, el organismo augura que el crecimiento de este ejercicio se situará en el 0,7%, mientras que, según los últimos datos que se han registrado por Eurostat, la inflación de la eurozona supera el 9%. 

En términos generales, se puede afirmar que el ahorro de las familias europeas continúa descendiendo en casi todos los países, debido, principalmente, al crecimiento del consumo a tasas superiores a las de la renta disponible. El aumento de precios se está ‘comiendo’ las reservas financieras de los ciudadanos, pero, ¿cómo está afectando todo este escenario al panorama de la inversión en España? 

Tomando como punto de partida un contexto macroeconómico un tanto incierto, Capital analiza el escenario de la inversión en España junto a Ángel Martínez-Aldama, presidente de la Asociación de Instituciones de Inversión Colectiva y de Fondos de Pensión (Inverco); Ricardo Miró-Quesada, socio director de Private Equity de Arcano Partners; Leyre Celdrán, business manager director de la Asociación Española de Fintech e Insurtech (AEFI) y Pablo Gómez de Pablos, socio director de GBS Finance.  

Un 2022 de caídas  

Según los últimos datos recogidos en enero por la Asociación de Instituciones de Inversión Colectiva y Fondos de Pensiones (Inverco), los fondos de inversión experimentaron el mayor incremento mensual de la serie histórica (11.413 millones de euros) y alcanzaron un nuevo máximo histórico de patrimonio (317.612 millones), gracias a la “combinación del excelente comportamiento de los mercados, tanto bursátiles, como de bonos, junto a la notable cifra de suscripciones netas registradas por los fondos de inversión”. 

En cuanto al cómputo del 2022, los fondos de inversión registraron entradas netas de 17.000 millones gracias a las categorías de inversión más conservadoras -renta fija, principalmente-, que fueron las más demandadas por los inversores ante un escenario de incertidumbre macroeconómica, subida de tipos y la guerra de Ucrania.  

Así, los fondos de renta fija fueron los favoritos este año, con suscripciones netas de 14.837 millones, seguidos de los de gestión pasiva, con 4.665 millones, frente a los globales y de renta fija mixta, que sufrieron reembolsos netos en el año de 3.176 millones y 2.898 millones de euros, respectivamente. 

“La tecnología siempre es la que manda y es la que se acabará imponiendo y los modelos de negocio. Las entidades financieras tradicionales se adaptan a pasos agigantados” 

Ángel Martínez-Aldama (Inverco)

Sin embargo, 2022 cerró como uno de los peores años para la renta fija -si no el peor, al menos, desde que se ofrecen datos agregados a nivel global-. Por ejemplo, los bonos experimentaron pérdidas de más de un 16% en el pasado año. 

En cuanto a la renta variable, en sus patrimonios, éstos fueron los que más retrocesos registraron debido a las rentabilidades negativas registradas en los mercados bursátiles. Estos fondos de inversión más expuestos a renta variable registraron retrocesos más pronunciados que los de renta fija, por su mayor perfil de riesgo y por su superior exposición al entorno económico.  

En este sentido, el presidente de Inverco, Ángel Martínez-Aldama, explica que, ante esta situación de subida de los tipos de interés, que va a continuar durante el 2023 y en la que llegaremos a ver nuevas subidas, “los fondos de renta fija, especialmente los de corto plazo, van a tener un atractivo alto, a diferencia de los de largo plazo”.  

De hecho, esto se ha visto reflejado en los datos del mes de enero, donde los fondos de rentabilidad objetivo y los de renta fija a corto han sido los que más suscripciones han tenido: “Creemos que esta tendencia va a continuar así, al menos, hasta mitad del ejercicio”, expone el presidente de Inverco. 

Ángel Martínez-Aldama, presidente de la Asociación de Instituciones de Inversión Colectiva y de Fondos de Pensión (Inverco).

Por su parte, los títulos de deuda pública han registrado incrementos sensibles de rentabilidad, especialmente, a corto plazo (con vencimientos de entre tres y doce meses). ¿Llegarán las Letras del Tesoro a ser un ‘rival’ ante las opciones que ofrece la banca tradicional? “Si hay capacidad de ahorro, es bueno que haya oferta de distintos productos”, contempla Martínez-Aldama.  

El presidente de Inverco explica que, cuando nos referimos a las Letras, se deben tener en cuenta tres factores: El primero es que hay que comprar en momentos de subasta. El segundo, que implican una acción directa por parte del ahorrador y, por último, concentrar tu riesgo de plazo a un periodo determinado.  

“Sin embargo, la ventaja del fondo es que te permite diversificar en varios activos y con esto puedes ir modulando el plazo. Los depósitos también son otra opción. Con lo cual, hay un abanico de productos, unos con una rentabilidad potencial, otros con más ventajas de diversificación. De aquí a verano, parece que va a seguir esta tendencia y que habrá, al menos, dos subastas del Banco Central Europeo (BCE)”, detalla Martínez-Aldama. 

Pablo Gómez de Pablos, socio director de GBS Finance, explica además que la compleja situación actual provocada por la guerra, la inflación y la subida de tipos de interés, así como por la inestabilidad de los precios de las materias primas y la cadena de suministro, ha impactado también en el sector de fusiones y adquisiciones (M&A, por sus siglas en inglés): “En este contexto, los inversores están evaluando los sectores donde invertir y donde no hacerlo, así como los precios que se pueden pagar en función de la previsión de recuperación de la actividad económica y la menor capacidad de apalancamiento actual”, resalta.  

El ahorrador del 2023 

“La incertidumbre, ya sea por cuestiones geopolíticas o coyunturales de economía, forma parte de nuestro paisaje económico y hay que tratar de amoldarla y de abordarla”, apostilla Martínez-Aldama.  

El panorama macroeconómico global se ha visto severamente deteriorado durante 2022. La serie de acontecimientos vividos durante los últimos años, incluidas la Covid-19 y la guerra de Ucrania, ha incrementado la incertidumbre de los inversores de manera generalizada a raíz de la volatilidad vivida, principalmente en los mercados y en las clases de activos más tradicionales. 

“El mejor consejo para inversores sería continuar invirtiendo con objetivos de rentabilidad de medio y largo plazo y apoyándonos en gestores de calidad” 

Ricardo Miró-Quesada (Arcano Partners)

En este sentido, Ricardo Miró-Quesada, socio director de Private Equity de Arcano Partners, explica que “en momentos de incertidumbre y volatilidad es cuando se pueden obtener las rentabilidades más interesantes”. De hecho, añade que, si analizamos el rendimiento histórico del Private Equity (capital privado o capital riesgo), vemos que es en momentos de mercado convulsos o posteriores a una crisis o corrección económica cuando se han obtenido las rentabilidades más atractivas.  

Por tanto, “el mejor consejo para inversores sería continuar invirtiendo con objetivos de rentabilidad de medio y largo plazo, y apoyándonos en gestores de calidad, con amplio conocimiento sectorial, capacidad operativa y que operen en algunas de las verticales que han demostrado mejor comportamiento en entornos como el actual”.  

Ricardo Miró-Quesada, socio director de Private Equity de Arcano Partners.

Indudablemente, tal y como plantea el presidente de Inverco, el perfil del ahorrador ha cambiado ante este escenario: “Hemos visto cómo las suscripciones que hace dos años estaban más centradas en productos mixtos de renta variable, se centraban más, desde el año pasado, en renta fija”. 

Todo ello, aclara, también es consecuencia de esos servicios de gestión discrecional de carteras, que al final la toma de decisiones la hacen gestores profesionales, por lo que el cliente no tiene que elegir directamente en cuanto al mix de cartera de productos. Esto hace que las decisiones de inversión se ajusten más al contexto de mercado. Entonces, “el perfil del cliente se está adaptando cada vez más, no solo por la vía individual, sino por los servicios de gestión discrecional”, añade Martínez-Aldama.  

La sostenibilidad aplicada a la inversión 

La inversión sostenible es un concepto que ha aterrizado de lleno en el panorama económico y lo ha hecho para quedarse. Pero, ¿qué se considera como inversión sostenible? 

Este tipo de inversión trata de tomar decisiones basándose en factores ambientales, sociales y de gobierno corporativo. Es decir, lo que busca es generar un impacto positivo en la sociedad y en la rentabilidad ajustada a un riesgo a largo plazo. 

Por ello, podemos decir que nos encontramos en un momento en el que lograr un impacto positivo se ha vuelto una necesidad en todos los sectores, incluido el de la inversión. Miró-Quesada, de Arcano Partners, explica que la inversión de impacto implica invertir en modelos de negocio que, de manera intencionada, buscan resolver un problema social o medioambiental a la vez que obtienen una rentabilidad financiera. 

En este tipo de fondos, tal y como señala el socio director de Private Equity de Arcano Partners, se analizan cuestiones relacionada con la operativa del negocio, como: la gestión eficiente de recursos como el agua o el uso de energías limpias en el ámbito medioambiental, los aspectos sociales como la existencia de condiciones de trabajo flexible o la seguridad laboral y criterios de gobernanza como la calidad de los órganos de gobierno o la transparencia fiscal. 

“Gracias a las FinTech y a la banca, los usuarios financieros pueden encontrar cubiertas sus necesidades financieras” 

Leyre Celdrán (AEFI)

“Este análisis permite incentivar a las empresas para que mejoren en aquellos aspectos que puedan suponer un riesgo para la actividad de la empresa o para que aprovechen determinada oportunidad. Adicionalmente, existen los fondos de inversión solidarios, es decir fondos que ceden una parte de la comisión de gestión a entidades benéficas que abordan diferentes problemas sociales y medioambientales. También destacan los bonos verdes y sociales emitidos a medio y largo plazo para financiar proyectos respetuosos con el medio ambiente o que persiguen mejoras de tipo social”, sostiene Miró-Quesada. 

Acerca de los datos, el patrimonio de los fondos de inversión registrados como artículo ocho o nueve del Reglamento de Divulgación de Finanzas Sostenibles (SFDR), es decir, de los patrimonios de inversión sostenibles, alcanzó los 103.066 millones de euros a cierre de 2022, lo que representa el 33,7% del total y un aumento del 60% con respecto al registro del 2021. 

En concreto, los fondos de inversión que promueven características medioambientales y sociales (artículo ocho) acumularon 100.285 millones de euros, el 32,8% del total de fondos de inversión, y 2.781 millones de euros se correspondieron con los fondos con objetivo inversión sostenible (artículo nueve), solamente el 1% del total. 

Algunos ejemplos de compañías a las que va dirigida esta inversión son aquellas cuyos modelos de negocio tienen el foco puesto en la transición ecológica, empresas que buscan mejorar la salud y el bienestar de las personas o aquellas que apuestan por la educación, entre otras: “Estas compañías generalmente están caracterizadas por ser más resilientes, ya que ofrecen productos y servicios cada vez más demandados y suelen operar en un entorno regulatorio favorable”, expone Ricardo Miró-Quesada.  

Leyre Celdrán, business manager director de la Asociación Española de Fintech e Insurtech (AEFI).

Además, continúa, para asegurar que efectivamente estamos hablando de este tipo de inversión, “es necesario confirmar que existe una metodología de medición rigurosa y exhaustiva que permita medir el impacto generado a lo largo de la inversión”.  Es decir, el uso de herramientas y marcos de medición internacionalmente reconocidos (Operating Principles for Impact Management, indicadores IRIS - Impact Management Project) puede facilitar la identificación de verdaderas inversiones de impacto. 

Pero cabe preguntarse si, desde el punto de vista del inversor, es más caro ser sostenible o no. Al hilo de la pregunta, el socio director de Private Equity de Arcano Partners hace hincapié en que es cierto que, en el corto plazo, puede parecer más caro, pero si se analizan las cuestiones ASG (ambientales, sociales y de gobierno corporativo) en detalle, existen interesantes palancas de valor en el largo plazo que hacen que el coste inicial de invertir en recursos para ser sostenible se vea más que compensado. 

Este sería el caso, por ejemplo, de una marca potente en términos de sostenibilidad, que atrae clientes y a la que, por tanto, esto le sirve de trampolín para el desarrollo de nuevos productos.  

“Asimismo, las empresas sostenibles presentan un mejor posicionamiento frente a la competencia a la hora de obtener subsidios y optar a licitaciones. Del mismo modo, estas empresas suelen operar en un entorno regulatorio favorable y por tanto son capaces de evitar multas y sanciones. Optar por recursos eficientes desde el punto de vista medioambiental ayuda a reducir considerablemente el coste de la energía, los materiales, el agua y los residuos. Por último, se está demostrando que las empresas con una clara estrategia sostenibles son capaces de atraer financiación y reducir el coste, entre otras cosas, gracias al menor riesgo percibido”, plantea Miró-Quesada.  

Dicho esto, cabe destacar que, de manera generalizada, aquellas inversiones que apuestan por la sostenibilidad, ya sea desde el ángulo de ASG, de gestión responsable o buscando la generación de un impacto positivo, suelen buscar la rentabilidad en el largo plazo. Así, Miró-Quesada incide en que, si nos enfocamos en activos alternativos como el Private Equity o el Venture Capital, por ejemplo, “consideramos que la oportunidad de inversión actual podría ser muy atractiva, entre otras cuestiones, como consecuencia de la caída en valoraciones a raíz de las subidas de los tipos de interés” 

Despiece 

El ecosistema FinTech, en plena madurez 

Tal y como plantea Leyre Celdrán, Business Manager Director de la Asociación Española de Fintech e Insurtech (AEFI), durante este último tiempo se ha vivido un auge del FinTech y está comenzando a vivir un momento de madurez: “Sigue habiendo startups y empresas que nacen en los últimos meses, pero ya hay un gran número que se consolidan como scale-up”. De hecho, agrega, hay compraventas de FinTechs e InsurTechs entre ellas dentro del mercado español y “existe un interés de los unicornios extranjeros por adquirir empresas españolas”.  

Un dato revelador sobre este panorama es que hace unos años el número de empleados de una FinTech rondaba entre los 8 o 12 trabajadores y, ahora, la media es de 35,7. La pandemia aceleró el proceso de digitalización de muchas entidades financieras y aseguradoras y las alianzas se fueron consolidando más rápidamente para ofrecer a los clientes finales una experiencia mucho más digital y contactless. “Esto supone que el ecosistema FinTech se oriente más a los negocios B2B -business to business- que a los B2C -business to consumer- y propicie la colaboración estrecha entre empresas tradicionales y FinTechs”, recalca.  

Ante esto, surge la pregunta de si el segmento FinTech llegará a ser una alternativa a la banca tradicional o no. El presidente de Inverco expone que estamos viendo transformaciones y creaciones de bancos nativos digitales y cómo los modelos tradicionales de negocio de la banca se están convirtiendo gracias a un soporte cada vez más tecnológico.  

“Habrá que tener en cuenta que el parón de los últimos meses del 2022 previsiblemente persista durante los primeros meses de este año” 

Pablo Gómez de Pablos (GBS Finance)

“La tecnología siempre es la que manda y es la que se acabará imponiendo. Los modelos de negocio, incluso para las entidades financieras tradicionales, claramente se están adaptando a la tecnología a pasos agigantados. Antes, el mundo de las entidades financieras tradicionales y el de las Fintech, parecían dos mundos muy distintos, ahora vemos cómo están convergiendo. Unas, porque necesitan la tecnología y, las otras, porque con la tecnología sola, no llegan a los clientes”, resalta Ángel Martínez-Aldama. 

Todavía cabe señalar que las FinTech, o así lo entiende Leyre Celdrán, tienen una poderosa predisposición a consolidarse como B2B, mucho más que como B2C. Las FinTech son empresas que “atienden necesidades que la banca, en ocasiones, no cubre” y ofrece soluciones, a veces tan sencillas, como poder tener control de los gastos que se producen en un viaje entre amigos. Hay soluciones, como los robo-advisor, que democratizan las inversiones o el acceso a cierto tipo de metodología de ahorro para ciudadanos que buscan productos con ciertas características. Por tanto, admite la Business Manager Director de la AEFI, podríamos decir que “gracias a las FinTech y a la banca, los usuarios financieros pueden encontrar cubiertas sus necesidades financieras”.   

Despiece 

Las tendencias del 2023 

Respecto a los mercados, exponen desde Inverco, las subidas de tipos han generado un nuevo activo de elección, como es la renta fija. En el actual entorno de tipos positivos (muy distinto al de años precedentes) los mercados de bonos empiezan a ofrecer oportunidades de inversión, tanto en su variante de deuda pública como corporativa. Aunque el contexto de incremento de tipos de interés no ha sido históricamente el más positivo para la evolución de los mercados de renta variable, el inicio de año ha generado rendimientos muy notables en los mercados de acciones.  

Quizás el importante ajuste de valoración experimentado por los índices bursátiles en  2022 permita  un  cierto  recorrido  en  2023,  siempre  que  las fuentes de incertidumbre ya comentadas permanezcan controladas. Con esto, es probable que el ahorrador más conservador mantenga su preferencia por los fondos de inversión como vía para dar valor añadido a su ahorro y evitar la erosión que supone la pérdida de poder adquisitivo por la elevada inflación.  

En palabras del socio director de GBS Finance, Pablo Gómez de Pablos, en el sector de las fusiones y las adquisiciones habrá cuatro principales tendencias. En primer lugar, habrá un mayor protagonismo y una mayor competitividad del sector digital, salud, farmacéutico, alimentario y energético. 

Asimismo, “continuaremos asistiendo a ajustes en las valoraciones, al igual que ocurrió en el pasado ejercicio y se va a producir una disminución en los múltiplos de apalancamiento en previsión de las posibles bajadas de EBITDA de las compañías”.  

Por último, entiende que la exigencia en la selección de las operaciones va a ser mayor y se restringirán los sectores a los que destinar las inversiones. Habrá que esperar hasta el segundo trimestre para hacer una valoración adecuada de las expectativas del 2023 aunque “habrá que tener en cuenta que el parón de los últimos meses del 2022 previsiblemente persista durante los primeros meses de este año”.  

En cuanto a las FinTechs, Leyre Celdrán (AEFI) entiende que en 2023 veremos una mayor consolidación del ecosistema FinTech y cómo se fortalecen muchas de las nuestras. Todo ello, a la espera de la llegada de reglamentos “tan importantes como MiCa”. 

Pablo Gómez de Pablos, socio director de GBS Finance.

Por su parte, Ricardo Miró-Quesada, cree que durante el 2023 seguiremos viviendo un entorno macroeconómico complejo, aunque se espera que el interés por los activos alternativos continúe siendo atractivo. De hecho, se estima que el crecimiento anual del volumen de activos bajo gestión sea del 9%, alcanzando los 23 billones de dólares en 2027.  

Este crecimiento será liderado, tal y como detalla el socio director de Private Equity de Arcano Partners, principalmente por jugadores como los fondos de Venture Capital, que, a pesar de la volatilidad experimentada recientemente, se espera que continúen con crecimientos superiores al 19% anualizado. Las infraestructuras, a raíz de la búsqueda de estabilidad de cash flows (flujos de caja) por parte de los inversores y de la protección contra la inflación, se estima que experimentarán un crecimiento por encima del 13%.  

“En cuanto al Private Equity, el activo más representativo en cuanto a volumen de capital privado seguirá cogiendo peso y se espera que represente más del 30% del total de activos bajo gestión en 2027. Dicho esto, y a pesar de un crecimiento esperado más moderado que el vivido durante los últimos 5 años, cabe destacar el mercado de secundarios de Private Equity, un mercado que sigue representando un porcentaje muy bajo del volumen total de Private Equity y donde se espera mayor actividad como consecuencia de la situación actual”, sentencia. 

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