El vino embotellado más antiguo de La Rioja comienza su historia en 1858. Una trayectoria de reconocimiento y éxitos que logró sus primeros premios en el primer lustro de vida. Sumando reconocimientos, en 1895 Marqués de Riscal se convierte en el primer vino no francés que consigue el Diploma de Honor de la Exposición de Burdeos.
Con el cambio de siglo, Marqués de Riscal incrementa su oferta incorporando los primeros vinos blancos de Rueda y siendo una de las firmas impulsoras de la D.O. Rueda en 1980. Una bodega pionera en la innovación que alcanza un nuevo hito en 1986 con la producción del Barón de Chirel, precursor de los que podrían denominarse vinos de la nueva era de La Rioja.
A inicios del año 2000, la empresa vitivinícola lleva a cabo la construcción de su nueva bodega: la bodega San Vicente. Esta bodega, junto con el reconocido hotel diseñador por el famoso arquitecto canadiense Frank O. Gehry, suman modernidad y sobriedad desde pleno corazón de la villa medieval de Elciego (Rioja alavesa), un entorno idílico para disfrutar de la naturaleza y la cultura del vino.
La Ciudad del Vino abrió sus puertas en 2006 y ofrece a todos los visitantes conocer la historia de la bodega en una experiencia enoturística para los cinco sentidos. Además, permite hospedarse en el hotel incluido en el complejo o disfrutar del spa y de los restaurantes situados dentro del mismo.
Hoy en día, la bodega es un reclamo turístico por sí solo (los ingresos de la hostelería y restauración ya suponen un 9% de la facturación total de la bodega), ofreciendo tanto experiencias vinculadas al mundo del vino como ofertas gastronómicas y turistas únicas para todos aquellos turistas que buscan evadirse de la ciudad en un enclave rural con tintes vanguardistas.
Empresa global, pero familiar
En sus más de 150 años de vida, Marqués de Riscal ha conquistado más de un centenar de países (está presente en 110), es líder del mercado nacional por puntos de venta y ha obtenido grandes reconocimientos dentro del mundo vitivinícola. Actualmente, ostenta el título de segundo mejor viñedo del mundo, concedido por ‘World’s Best Vineyards 2022’.
Estos éxitos están basados en el trabajo familiar y en la ausencia de externalizaciones, ya que Marqués de Riscal lleva a cabo todas las fases del proceso de elaboración del vino, desde el cultivo de la uva hasta la comercialización (la venta directa de vino supone un 25% de la facturación de la bodega).
Filosofía 100% Organic
La apuesta por los orígenes, la tradición y el cuidado de la tierra han llevado a la compañía a la implantación de cultivos 100% ecológicos. Con ello, y sin el empleo de fungicidas y los bajos niveles de sulfuroso, se consigue una mayor presencia del carácter primario de la uva gracias a la fermentación espontánea.
Las viñas desarrollan mecanismos de autoprotección que garantizan la calidad de la planta, a la vez que mejoran el enraizamiento y la colonización de un mayor volumen de suelo, siendo capaces de mantener mejor los niveles de acidez, produciendo una uva más sabrosa y equilibrada. Una adaptación al cambio climático que despierta el poder de la naturaleza para que la planta sea capaz de adaptarse mejor al entorno que la rodea.
La Botellería, el gran tesoro
Dentro de la bodega original edificada en 1860 se encuentra el gran tesoro de Marqués de Riscal: la Botellería de vinos antiguos. Esta sala del tesoro alberga la mayor colección de caldos antiguos del mundo, con botellas de la primera cosecha de 1862.
Actualmente, esta sala alberga más de 140.000 botellas únicas, a las que se suman entre 3.000 y 5.000 de nueva cosecha cada año. Una colección envidiable cuyo consumo es casi imposible, ya que los vinos antiguos no están a la venta y se reservan para catas especiales o consumo exclusivo de restaurantes premium como el de la propia bodega (restaurante con estrella Michelin en el Hotel Marqués de Riscal).
La bodega más antigua de la Rioja consigue que la historia perviva en sus vinos siendo capaz de superarse año a año con la incorporación de nuevos productos, la suma de la gran apuesta ecológica de la compañía; y el crecimiento progresivo de las peregrinaciones enoturísticas hacia su gran joya, la ciudad del vino.
