El cambio de nombre de Twitter a 'X' es una apuesta para transformar la plataforma y diversificar sus servicios
El Twitter que conocíamos llega a su fin. Desde que Elon Musk se hizo con la red social esta no ha dejado de experimentar cambios. Después de numerosas propuestas que no han tenido mucho éxito entre los usuarios, su nombre cambia ahora a 'X' y, según los planes del multimillonario, se consolidará como una plataforma "centrada en audio, vídeo, mensajería, pagos" impulsada por Inteligencia Artificial.
Detrás de esta decisión está la idea de llevar a la plataforma a nuevos horizontes y expandir su alcance de manera significativa. Musk no es del todo nuevo en el sector de la inteligencia artificial. Hace alrededor de ocho años el magnate ya participó en la fundación de OpenAI, compañía que ha ganado una popularidad considerable a lo largo de los últimos meses con GPT-4, pero decidió desmarcarse en 2008 tras perder una lucha de poder con su actual CEO, Sam Altman.
El propietario de Twitter ya declaró en octubre del año pasado que su intención al comprar la aplicación era crear una súper aplicación. Además, en abril el magnate compró unas 10.000 GPU para un proyecto de IA generativa en Twitter, aunque se desconocen los detalles de qué hará con ellas. Según Business Insider, el modelo que podría incorporarse en Twitter podría recurrir a los tuits que los usuarios publican como método de entrenamiento. Con este proceso, la red social mejoraría su motor de búsqueda o se desarrollarían nuevos métodos publicitarios.
Además, Musk creó dos nuevas compañías, X Holdings Corp. y X Corp., que se añadían a las registradas en abril de 2022, X Holdings I, II y III, tres empresas independientes que facilitarían su compra en Twitter, por un valor de 44 mil millones de euros. Con ellas fusionó las compañías Twitter Inc. y X.
Con cerca de 360 millones de usuarios activos mensuales, Twitter posee una base de usuarios considerable que Musk buscará capitalizar en su nueva estrategia. También la creación de Threads por parte de Meta ha espoleado estos cambios en Twitter.
Cambio de imagen
A la vez que anunció el cambio de nombre, Elon Musk dio a conocer también un cambio en la imagen corporativa al dejar atrás el diseño del pájaro de la red social y dio a conocer cuál sería el nuevo logo en la fachada de las oficinas de la compañía, situadas en San Francisco (Estados Unidos).
El cambio a “X” representa una nueva etapa para la plataforma, liderada por la actual CEO Linda Yaccarino. La visión de “X” se centra en el desarrollo de contenido de audio, video, mensajería, pagos y servicios bancarios, creando un mercado global de ideas, bienes, servicios y oportunidades.
Este paso se considera la evolución de lo que tanto Linda Yaccarino, CEO de Twitter, como Musk denominaron en su momento como “Twitter 2.0″, una versión mejorada de la plataforma que promete ofrecer a los usuarios servicios y experiencias superiores. La CEO de Twitter ha hecho mención a los cambios que ha introducido en los últimos ocho meses" y ha dicho que la empresa ya ha comenzado a ver que la aplicación "toma forma", aunque por el momento apenas están "comenzando" con las nuevas funcionalidades introducidas.
"Durante años, tanto los fanáticos como los críticos han empujado a Twitter a soñar más grande, innovar más rápido y alcanzar nuestro gran potencial. X hará eso y más", añadió Yaccarino
¿Cómo afecta a los usuarios?
Lo cierto es que no hay grandes cambios para los usuarios, al menos hasta el momento. Puede que el cambio más inmediato haya sido el reemplazo del logo del pájaro azul por una X delineada con negro en un fondo blanco. Además, según dijo el propio Musk, ahora los tuits se llamarán x's.
Más allá de eso, no hay otro cambio que afecte directamente a los usuarios. Lo que sí hay en X desde que Musk adquirió Twitter en octubre de 2022 es incertidumbre por el funcionamiento de la red social. Además de los cambios vistos desde fuera, también se han sucedido otros como despidos masivos, disputas sobre millones de dólares supuestamente adeudados en indemnizaciones, alertas sobre jornadas laborales extenuantes, grandes pérdidas de ingresos tras la salida de anunciantes, límites en el número de tuits que se pueden ver diariamente y, sobre todo, caídas del servicio.
