En el último año, España se ha visto inmersa en una serie de tensiones diplomáticas con naciones clave, como son Argentina, Venezuela, Israel y, en la última semana, México. Más allá de las repercusiones políticas, estos conflictos provocan todo un desafío económico que puede afectar directamente a las relaciones comerciales, la inversión extranjera y la operatividad de las empresas españolas con presencia en estos países. Examinamos el impacto económico de estas tensiones diplomáticas y su posible influencia sobre la economía española en el corto y mediano plazo.
Argentina
Las relaciones entre España y Argentina, históricamente sólidas en el ámbito comercial, se han deteriorado significativamente en 2024 tras un cruce de declaraciones entre el presidente argentino Javier Milei y el Gobierno de España.
España es el segundo mayor inversor en Argentina, seguido de Estados Unidos, con más de 200 empresas españolas presentes en sectores clave como la banca, telecomunicaciones, energía y construcción. Entre las principales empresas destacan Telefónica, BBVA, Santander y Repsol. Las inversiones españolas en Argentina ascienden a 18.300 millones de euros, una cifra considerable para la economía argentina, que atraviesa una delicada situación macroeconómica.
Por otro lado, el comercio bilateral también es significativo, aunque desigual: en 2023, las exportaciones españolas a Argentina superaron los 1.159 millones de euros, mientras que las importaciones argentinas hacia España se situaron en 240 millones. No obstante, las tensiones políticas recientes, aunque ahora un tanto más olvidadas, han generado en los últimos meses incertidumbre sobre la seguridad jurídica y el futuro de las inversiones españolas en el país; una incertidumbre que afecta especialmente a la industria pesquera y de construcción naval, donde las empresas españolas tienen contratos millonarios.
Las empresas españolas han estado presionando en los últimos meses para que se mantenga el diálogo diplomático con el fin de evitar una crisis mayor…, y parece que la situación se ha estabilizado.
Venezuela
La situación entre España y Venezuela ha sido tensa desde hace años debido a la postura crítica del gobierno español hacia el régimen de Maduro. En septiembre de 2024, la llamada a las urnas del embajador venezolano en Madrid agravó la crisis diplomática, generando especulaciones sobre el impacto en las relaciones económicas entre ambos países.
Históricamente, Venezuela ha sido un destino clave para las empresas españolas, especialmente en sectores como la energía (Repsol), la banca (BBVA) y las telecomunicaciones (Telefónica). Sin embargo, debido a la prolongada crisis económica y política en Venezuela, muchas de ellas han reducido su exposición o han replegado su presencia en el país, limitando el impacto económico directo de esta reciente escalada diplomática.
Aunque el comercio entre España y Venezuela ha disminuido drásticamente en la última década, cualquier deterioro adicional en las relaciones diplomáticas podría afectar a los flujos migratorios y las remesas enviadas por los venezolanos residentes en España, un aspecto clave para la economía de muchos hogares en Venezuela.
Precisamente este fin de semana Maduro intensificaba sus críticas hacia España, en esta ocasión dirigiendo duros comentarios hacia el Partido Popular (PP) y su líder, Alberto Núñez Feijóo. Durante un discurso, calificó al PP como un "partido franquista" y acusó a Feijóo de estar vinculado con el narcotráfico, además de llamarlo "ladrón".
México
El conflicto entre España y México se ha intensificado en los últimos días debido a la decisión del gobierno mexicano de no invitar al rey Felipe VI a la ceremonia de toma de posesión de Claudia Sheinbaum, futura presidenta de México, el 1 de octubre. Sheinbaum justifica la exclusión de Felipe VI de su investidura por la falta de respuesta a una carta, enviada en 2019, en la que su antecesor, Andrés Manuel López Obrador, pedía que el monarca se disculpase por los "atropellos" de la conquista española de México hace 500 años. "La llamada conquista se logró con la espada y la cruz", explicó López Obrador en un vídeo que compartió en su momento. "Miles de personas fueron asesinadas durante este periodo. Se impuso una cultura, una civilización sobre otra, al grado de que se construyeron iglesias católicas sobre los templos de los pueblos prehispánicos", aseguró. España rechazó entonces esta petición, explicando que los líderes actuales de las naciones no deben ser considerados responsables de las medidas que tomaron en su día sus antepasados.
México es uno de los principales destinos de inversión española en América Latina. España es el segundo mayor inversor extranjero en el país, con más de 7.000 empresas operando en sectores clave como la energía, la construcción, la banca y las telecomunicaciones. La inversión acumulada de España en México supera los 70.000 millones de euros, y el comercio bilateral alcanzó los 16.000 millones de euros en 2022.
El sector energético ha sido un área particularmente sensible en las relaciones entre ambos países. Empresas como Iberdrola y Repsol han sido criticadas por López Obrador, quien ha acusado a las multinacionales españolas de aprovecharse del país. Si las tensiones diplomáticas siguen aumentando, existe el riesgo de que los proyectos energéticos y de infraestructuras de las empresas españolas en México se enfrenten a trabas regulatorias, lo que podría frenar la expansión de estas empresas en un mercado clave.
El sector turístico, otro de los grandes vínculos económicos entre España y México, también podría verse afectado. En 2023, más de 250.000 españoles viajaron a México, y cualquier tensión adicional podría repercutir en este flujo de turismo, con consecuencias económicas tanto para las aerolíneas como para el sector hotelero.
Israel
La reciente crisis diplomática entre España e Israel ha sido otra fuente de incertidumbre económica. Las tensiones se desencadenaron a raíz de las críticas del gobierno español a la política de Israel en la Franja de Gaza, lo que llevó a Israel a retirar a su embajador en España temporalmente y a suspender ciertos acuerdos bilaterales. Aunque Israel no es uno de los principales socios comerciales de España, es clave en términos de innovación tecnológica y cooperación en áreas como la ciberseguridad, la inteligencia artificial y las energías renovables.
En definitiva, es evidente que para España el reto es equilibrar sus principios diplomáticos con sus intereses económicos, garantizando que los desacuerdos políticos no afecten de manera irreversible sus lazos comerciales e industriales.
Indra, perjudicada por la prohibición de vender armas a Israel