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Revista Capital

La sanidad española: la falta de recursos lastra una industria clave para el Estado del Bienestar

Para conocer qué le depara en el futuro más próximo a la sanidad española, Capital conversa con fuentes de Unespa y con Carlos Rus, presidente de ASPE

sanidad
Por María Nogales

El acceso a la atención sanitaria es uno de los pilares del bienestar de todos y cada uno de los ciudadanos españoles, pero, durante los últimos años, y, encarecidamente, tras la pandemia por la Covid-19, el debate sobre la sanidad española ha ido creciendo de forma exponencial.  

Las listas de espera, la falta de profesionales y sus condiciones laborales que afectan a la Atención Primaria, el futuro de la colaboración público-privada y del modelo de mutualidades de los funcionarios, así como la ampliación de la cartera de servicios públicos en materia de sanidad son algunas de las cuestiones que están marcando la agenda del Estado del Bienestar español en la actualidad. 

Por ello, y para conocer qué le depara en el futuro más próximo a uno de los pilares fundamentales que sostienen a la sociedad española, Capital conversa con fuentes de la Unión Española de Entidades Aseguradoras y Reaseguradoras (Unespa) y con Carlos Rus, presidente de la Alianza de la Sanidad Privada Española (ASPE).  

¿Cuál es el estado de la salud pública de España? 

España, así como todos los países desarrollados, se enfrenta a un claro proceso de envejecimiento demográfico. “Este proceso constituye un desafío, no ya sólo en el ámbito de la salud, sino también en la dependencia o la previsión social”, sostienen los portavoces de la Unión Española de Entidades Aseguradoras y Reaseguradoras (Unespa).  

Algo en lo que también coincide el presidente de la Alianza de la Sanidad Privada Española (ASPE), Carlos Rus, quien considera que tenemos que ver con perspectiva fenómenos como el envejecimiento progresivo de la población y el consiguiente incremento del coste sanitario que esto conllevará de aquí a medio y largo plazo. “No podemos permitirnos llegar a un escenario así con un sistema debilitado y que arrastra ineficiencias”, señala Rus. 

Asimismo, en palabras del presidente de ASPE, la sanidad en España se encuentra en un punto crítico en el que enfrenta desafíos de importante calado que están afectando tanto a la calidad asistencial, como al bienestar de los propios profesionales sanitarios.  

Por otro lado, continúa, contamos con unas listas de espera en cifras récord, que tienen a más de 819.000 ciudadanos esperando una media de 112 días para someterse a la intervención quirúrgica que necesitan. Por otro, la escasez de profesionales que afecta de manera estructural y que pone en serios aprietos cubrir todas las necesidades que tiene el sistema. 

Según el reciente informe State of Health in the EU, elaborado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y el European Observatory on Health Systems and Policies, en cooperación con la Comisión Europea, la situación actual de la sanidad española no vive su mejor momento. 

En base a los últimos datos anuales que se conocen por parte del Ministerio de Sanidad, correspondientes a 2022, en España existen un total de 13.040 centros de Atención Primaria del Sistema Nacional de Salud (SNS), de los cuales, 3.042 son centros de salud y 9.998 son consultorios locales. Asimismo, existen un total de 468 hospitales públicos.  

Entre todos suman un total de 759.000 profesionales -169.000 médicos, 220.000 enfermeros y 370.000 trabajadores que corresponden a otras profesiones relacionadas con el ámbito sanitario-. 

Carlos Rus, (ASPE)
Carlos Rus, presidente de ASPE.

Carlos Rus (ASPE): “La sanidad en España se encuentra en un punto crítico en el que enfrenta desafíos de importante calado que están afectando tanto a la calidad asistencial, como al bienestar de los propios profesionales sanitarios” 

Y aquí hay que mencionar el debate en torno a los contratos temporales en el SNS, que ha pasado del 28,5% en 2012 al 41,9% en 2020. Ante esto, el Gobierno tomó medidas para paliar esta problemática y en julio de 2022 inició un proceso por el que se contrató a un total de 80.000 profesionales sanitarios. 

Por otro lado, uno de los principales datos que prueban la mala situación de la sanidad española, según el informe europeo es que, en 2021, tanto el número de graduados en Medicina (14,2 por cada 100.000 habitantes), como en Enfermería (23 por cada 100.000 habitantes), se encontraban por debajo de las medias de la Unión Europea (17,5 por cada 100.000 habitantes en Medicina y 44,3 por cada 100.000 habitantes en Enfermería). 

De igual forma, el número de camas hospitalarias en España también es bajo (3 por cada 1.000 habitantes en los hospitales del Sistema Nacional de Salud), en comparación con la media europea, que es de 4,9 por cada mil habitantes.   

Y esto, tal y como reza el mencionado informe, conforme la población envejece y aumenta la carga de las enfermedades crónicas, “la escasez de personal supone una amenaza, especialmente de enfermeros y especialistas a escala nacional y de médicos generales y pediatras en las zonas remotas del país”. 

Y, con todo, se atienden unos 4 millones de ingresos hospitalarios, unos 82 millones de consultas y 3,4 millones de operaciones quirúrgicas, con y sin hospitalización. Y, aquí, es donde está el quid de la cuestión.  

Porque, ¿cuánto tiempo se tarda de media en ser uno de esos varios millones? A cierre de 2022, el tiempo medio de espera para una primera consulta fue de 87 días, y, para intervenciones quirúrgicas no urgentes, 112 días.  

Además, cabe destacar que el State of Health in the EU también señala la mala actuación por parte del Gobierno en la gestión de la pandemia por Covid-19. Tal y como se detalla, esta fue la principal causa de mortalidad en España en el 2020 y provocó casi 75.000 defunciones, lo que supone aproximadamente un 15% de las muertes totales. Este porcentaje ocupa el segundo puesto a nivel europeo, únicamente superado por Bélgica.  

Y, si se atiende a los datos de gasto público en Sanidad, a priori, teniendo en cuenta que, a fecha de cierre de esta revista el Gobierno no había anunciado ninguna novedad acerca de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2024, se entiende que estos serán la prórroga de los correspondientes a 2023.  

Por tanto, la inversión pública para el ejercicio 2024 del Ministerio de Sanidad, en el que se incluyen los organismos públicos adscritos, es decir, la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS); la Organización Nacional de Trasplantes (ONT); y el Instituto Nacional de Gestión Sanitaria (INGESA), será, previsiblemente, del 6,7% del PIB, al igual que el pasado año. 

Así, los PGE para 2023 en esta materia, según detallaba el Gobierno de Pedro Sánchez, consolidaban el “compromiso gubernamental para fortalecer el SNS”, con el objetivo de conseguir un sistema “más robusto, más equitativo y más moderno, que sea capaz de adaptarse a las necesidades de salud de la población”.  

Unespa: “La colaboración público-privada permite atender a más gente y mejor con la misma cantidad de recursos, reducir las listas de espera y mejorar la calidad de la atención” 

Ya por estas fechas del pasado ejercicio, los expertos tildaban esta cifra como algo insuficiente y, ahora, repiten crítica: “La inversión en Sanidad ya se ha revelado insuficiente en años precedentes, así que, si se mantiene en esa cifra, el sistema adolecerá aún más de escasez de recursos para hacer frente a todos los retos que se nos presentan y que hemos mencionado anteriormente. En España gastamos menos que la media europea, cuanto menos, y debemos aspirar a más, pero sobre todo a mejor, para que el gasto esté acorde verdaderamente con las necesidades del sistema”, subraya el presidente de ASPE, Carlos Rus.  

Es importante mencionar también que, en 2022, el gasto público en materia sanitaria fue del 7,8% del PIB, lo que supone un total de 94.700 millones de euros, es decir, 2.001 euros por habitante. 

Ante la situación que atraviesa la sanidad pública española, el presidente del Consejo General de Médicos (CGCOM), el doctor Tomás Cobo, en un reciente encuentro con la ministra de Sanidad, Mónica García, analizó las necesidades del Sistema Nacional de Salud con el objetivo de garantizar su sostenibilidad ante la crisis que atraviesa en la actualidad, un objetivo “para el que es imprescindible pasar a la acción e implementar las medidas ya planteadas”. 

Así, entre las necesidades de mayor relevancia para la profesión médica y los pacientes, destacaron la de armonizar los diferentes servicios de salud autonómicos para garantizar una calidad asistencial equitativa en todo el país que preserve la justicia y la cohesión social. 

Asimismo, el presidente del CGCOM hizo hincapié en la grave situación que atraviesa la Atención Primaria en España, “un nivel asistencial que requiere de mejoras, inversión y profesionales con urgencia”. De igual forma, expresó la honda preocupación por la crisis moral que atraviesa la profesión médica, que “se encuentra agotada ante la falta de escucha por parte de los gestores y las administraciones”.  

Al respecto, el presidente de Aspe propone algunas medidas para hacer frente a una problemática como la falta de efectivos en el sistema sanitario: Medidas como la re-especialización médica, en la que los especialistas en un área puedan especializarse en otra sin tener que volver a pasar por un MIR completo, o la reducción progresiva de las incompatibilidades en el ejercicio entre el sector público y privado. 

Y también destaca la homogeneización de criterios en todas las CCAA o la consolidación del rol del profesional de enfermería, desarrollando sus ámbitos competenciales, a la vez que se refuerzan también los de los técnicos en cuidados auxiliares de enfermería (TCAES) -para los cuales creemos conveniente la creación de un grado superior de Formación Profesional que les permita adquirir mayores funciones-.  

¿Y qué es lo que aporta la sanidad privada a estos datos? 

Para hacer frente a los retos que en materia de gasto se derivan de esta situación hace falta que todos los actores, tanto las Administraciones Públicas como las empresas privadas, trabajen de forma coordinada. Así lo entienden los portavoces de Unespa: “Sólo así lograremos sacar el mayor rendimiento posible a los recursos disponibles. Desde nuestra patronal siempre hemos apostado por una colaboración público-privada en el ámbito de la asistencia sanitaria. Tenemos casos de éxito, como el modelo Muface, que se pueden replicar”.  

Según el Estudio RESA 2023 de indicadores de resultados sanitarios en la sanidad privada, elaborado por la Fundación IDIS (Instituto para el Desarrollo e Integración de la Sanidad), el sector sanitario privado ha dado respuesta al reto de la pandemia en beneficio del paciente y sus estándares han mejorado o se mantienen “gracias al esfuerzo de los profesionales y de la permanente inversión en tecnología e innovación”.  

Así, el estudio demuestra datos muy reveladores, como los 27,3 días de espera para intervenciones quirúrgicas (30,5 en 2019) o los 27 minutos de espera -7,7 en el triaje (9,3 en 2019) y 19,4 (19,5 en 2019) para asistencia en urgencias-. En el caso de las citas con el especialista, los tiempos de espera rondan los 15 días.  

Más allá de la accesibilidad, el Estudio RESA 2023, como puntualizan desde la Fundación IDIS, la sanidad privada se caracteriza por su “eficiencia asistencial”: la estancia media hospitalaria de 2,9 días en promedio (3,57 en 2019), una estancia media preoperatoria de 0,34 días o tasas de cirugía sin ingreso en torno al 45%. 

Carlos Rus (ASPE): “Si se mantiene el mismo gasto público sanitario, el sistema adolecerá aún más de escasez de recursos para hacer frente a todos los retos que se nos presentan” 

Como explica Carlos Rus, presidente de la Alianza de la Sanidad Privada Española (ASPE), la sanidad privada, como parte del Sistema Nacional de Salud, aporta una infraestructura muy relevante, con 400.000 profesionales cualificados, 432 hospitales (el 56% del total en España), 49.861 camas (31%) y 1626 quirófanos (el 36% del total disponibles en España), “con los que asumimos el 42% de todas las intervenciones quirúrgicas o el 31% del conjunto de las estancias hospitalarias y urgencias”.  

Además, continúa, la sanidad privada potencia un principio clave para el sector sanitario: “La accesibilidad supone el principal de los factores que nuestros pacientes ponen en valor de la atención que prestamos, con una calidad asistencial de primer nivel, con una apuesta clara por la innovación y la integración de la tecnología más puntera, tanto para mejorar el diagnóstico y tratamiento, como para optimizar la experiencia del paciente. La base de nuestro éxito reside en centrarnos en la satisfacción de pacientes que reciben un servicio de calidad. De ahí que sus necesidades y demandas sean realmente escuchadas y atendidas”.  

Y es que, como aclaran los portavoces de Unespa, el seguro de salud lleva más de 20 años de crecimiento ininterrumpido en España. Actualmente, en el país hay 12,5 millones de personas (datos a septiembre de 2023) con un seguro de prestación de servicios sanitarios. 

“Su éxito reside en que es un producto que se comercializa a precios competitivos y accesibles, la oferta disponible es amplia y plantea características diferenciales. Los seguros de salud ofrecen tratamientos innovadores, permiten contar con opciones terapéuticas complementarias y acceder al especialista rápidamente”, puntualizan.  

Pero todo ello, como defienden, no podría ser posible sin la colaboración público-privada, porque el seguro plantea establecer marcos de este tipo donde la atención sanitaria sea prestada por el actor que sea más eficiente, al tiempo que se mantiene la universalidad del acceso al servicio. “Estos acuerdos permitirían atender a más gente y mejor con la misma cantidad de recursos, reducir las listas de espera y mejorar la calidad de la atención a los pacientes y disponer de las mejores infraestructuras para la atención sanitaria”.  

Y es que las necesidades sanitarias de una sociedad son muy extensas. Entre tanto, los recursos disponibles, son limitados. Por esta razón, comenta la patronal, hay que tener presente que la sanidad pública y la privada no son rivales, sino que se complementan, porque las atenciones que presta la sanidad privada son atenciones que se ahorra el sistema público sanitario. 

Así, prosiguen, el seguro médico ofrece ventajas a sus clientes, como la posibilidad de acudir al especialista rápidamente, contar con opciones terapéuticas complementarias y disfrutar de coberturas complementarias como la asistencia bucodental, la cobertura en el extranjero, etc. Es un producto que goza de una fortísima sensación de servicio entre sus clientes. Esta sensación es el resultado de que los pacientes (clientes de la aseguradora), generan relaciones de confianza con los médicos (facultativos que conforman el cuadro médico) y los centros donde son atendidos. 

Unespa: “Las atenciones que presta la sanidad privada son atenciones que se ahorra el sistema público sanitario” 

Por ello, como añade el presidente de la Alianza de la Sanidad Privada Española (ASPE), el sector privado se caracteriza por su flexibilidad y su eficiencia a la hora de gestionar los recursos para obtener el mejor resultado posible y esto, sin duda, es una ventaja de la que se debe aprovechar la sanidad pública y “utilizar” a la privada para lo que necesite.  

Por su parte, en palabras de Carlos Rus (ASPE), la sanidad pública es uno de los mayores logros que hemos logrado como sociedad y un reflejo del Estado de Bienestar que debemos proteger. Un sistema de salud al que puede acceder todo el que lo necesite y recibir la atención médica que precisa, independientemente de la renta que posea. En este sentido, el sector privado ocupa un papel complementario que puede ser de gran utilidad precisamente para asegurar la sostenibilidad de este sistema. 

 

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