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Opinión

Juan Ramón Rallo

¿Cuál ha sido el papel de los criptoactivos en la guerra de Ucrania?

Por Juan Ramón Rallo, doctor en Economía. Profesor en la Universidad Francisco Marroquín, en el centro de estudios OMMA, en IE University y en IE Business School

Los criptoactivos son una nueva categoría de activos (vinculados con la criptografía) desarrollados a raíz del surgimiento de Bitcoin en 2009. Una de las principales funciones que los inversores esperan que desempeñen es la de actuar como reserva de valor a largo plazo frente al riesgo de confiscación gubernamental.

De ahí que la guerra en Ucrania constituya un reto para la credibilidad de esta nueva categoría de activos: es hora de que demuestren hasta qué punto pueden desplegar tales funciones y si son de utilidad para los ciudadanos (quizá no todos, o sólo unos pocos, puedan desempeñarlas y el resto se muestren como activos inútiles).

Durante las primeras jornadas de la guerra, hemos podido contemplar cómo algunos de estos criptoactivos han sido utilizados, en una escala reducida pero significativa, para lograr algunos de sus propósitos dentro del contexto bélico: por un lado, proporcionar financiación al gobierno ucraniano para costear los gastos de la guerra; por otro, salvaguardar los ahorros de los ciudadanos ucranianos y rusos frente al expolio de los gobiernos.

Comencemos estudiando cómo los criptoactivos han facilitado la provisión de financiación al gobierno de Ucrania, el primer ejecutivo de la historia que ha tratado de captar financiación a través del uso de criptoactivos. Nada más comenzar el conflicto, habilitó varias direcciones públicas para recibir Bitcoin, Ethereum y USDC (ampliadas posteriormente a otros criptoactivos). Por esta vía, se han conseguido recaudar alrededor de 50 millones de dólares.

A su vez, el colectivo artístico Pussy Riot comercializó un NFT de la bandera de Ucrania por casi 7 millones de dólares cuya recaudación donó al ejército ucraniano: a raíz de este éxito, el propio ejército ha especulado con la posibilidad de emitir su propia serie de NFTs. Estamos, pues, ante un novedoso canal para proporcionar fondos a los gobiernos, ya sea como donación unilateral o como adquisición de pasivos similares a la compra de bonos de guerra: un nuevo canal que, a diferencia de los anteriores, no puede ser sometido a bloqueo alguno por parte de otros gobiernos o del sistema financiero.

“Los inversores esperan que los criptoactivos actúen como reserva de valor frente al riesgo de confiscación gubernamental

Sigamos ahora con la segunda de las funciones que cabe esperar que desempeñen los criptoactivos: la protección del patrimonio de los ciudadanos frente al riesgo de confiscación gubernamental.

Aquellos ciudadanos rusos que poseían criptoactivos antes de que las potencias occidentales impusieran sanciones contra el sistema financiero ruso han sido capaces de proteger su patrimonio; quienes poseyeran rublos han visto cómo esa parte de su patrimonio se ha depreciado cerca del 50% como consecuencia de la congelación de los activos extranjeros del banco central ruso; quienes, en cambio, poseyeran dólares o euros a través del sistema bancario ruso se han visto sometidos a controles de capitales por parte del Kremlin. En cambio, aquéllos con criptoactivos han quedado al margen de la confiscación patrimonial.

Viabilidad de los criptoactivos a largo plazo

Por supuesto, una vez decretadas las sanciones, la adquisición de criptoactivos dentro de Rusia a través de los intermediarios financieros existentes se ha dificultado enormemente, de ahí que la protección sólo funcionara para quienes los hubiesen adquirido con anterioridad. Pero quienes fueron previsores a ese respecto, lograron escapar en Rusia de las garras de su Estado.

Algo similar, aunque menos flagrante, sucedió en Ucrania. Ante el riesgo de que el ejército ruso conquistara con facilidad el país y saqueara su sistema financiero (y los ahorros de los ucranianos), el 24 de febrero hubo un repunte muy notable en las transacciones en grivnas ucranianas contra diversos tipos de criptoactivos.

Según el miedo a una conquista inmediata fue remitiendo, los flujos de adquisición de criptoactivos se normalizaron, puesto que los propios ciudadanos que así lo quisieron pudieron seguir empleando los canales tradicionales para tales propósitos. Mas, en cualquier caso, lo cierto es que el canal cripto estuvo abierto y se utilizó cuando parecía que era urgentemente necesario hacerlo.

En suma, la guerra en Ucrania supone una prueba de fuego para la viabilidad a largo plazo de muchos criptoactivos. Todavía es pronto para concluir si esa prueba de fuego ha sido o no superada, pero desde luego, hasta el momento, sí han sido varios los criptoactivos que han prestado servicios valiosos tanto a gobiernos como a ciudadanos que pretendían protegerse frente a los embargos financieros propios de una guerra.

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